El pasado viernes 14 de diciembre asistí a una magnífica conferencia de mi querido y admirado amigo Francisco Fornals en el Ateneo de Mahón. Con su habitual tono distendido y siempre ameno, volvió a demostrar su sabiduría en cuanto se refiere a la historia de nuestra isla y especialmente en lo concerniente a los temas militares relacionados con nuestro puerto. El título de la conferencia "La Capilla del Castillo de San Felipe" atrajo la atención de un numeroso público que prácticamente llenó la sala de conferencias de la entidad mahonesa. (Una pena que la prensa local no se hiciese eco de acto tan interesante).
Las defensas militares de San Felipe no las construyeron "de la nada" los británicos al comienzo de sus dominaciones del siglo XVIII. Los españoles ya habían construido otra fortaleza ciento cincuenta años antes en la misma ubicación. A mitad del siglo XVI, y como consecuencia de los ataques piratas de Barbaroja y de Mustafá y Piali sobre Mahón y Ciudadela respectivamente, el Rey Felipe II ordenó la construcción de un castillo a la entrada del Puerto de Mahón para defender la isla de nuevos ataques.
En el patio de armas de aquel castillo español, que después ampliaron los británicos durante sus dominaciones de la Isla, existía una capilla donde, según costumbre de la época, se enterraba a los fallecidos. La admirable labor llevada a cabo en su día por el Consorcio Militar del Puerto consiguió limpiar y "desenterrar" la base de aquella capilla que, después del paso del tiempo y de las diversas destrucciones sufridas, aún se mantenía en pie.
Según contó Fornals (en anticipo al estudio que publicará y que esperamos con impaciencia), los trabajos fueron muy arduos pero los resultados se han demostrado espléndidos. En la nave central de la capilla se encontraron diversas lápidas de fallecidos tanto de notables españoles como de británicos. Una vez adecentado el lugar se decidió mantener en su misma ubicación las que no corrían peligro de desintegración (por ser de mármol) mientras se retiraron las otras (de piedra caliza) que ahora se guardan en el Museo Militar. (La actual pila bautismal de la Iglesia de Villa-Carlos (Es Castell) proviene también de aquella antigua capilla).
Adosadas a la nave central de aquel templo del castillo existían varias capillitas. Fornals aventuró que la tumba de Kane, el gobernador británico que trajo la capitalidad de la isla a Mahón (y con el cual la ciudad mantiene una enorme deuda de gratitud, ¡qué triste que no se le haya dedicado todavía ni tan solo una calle o plaza en su recuerdo!), podría haberse ubicado en una de ellas aunque recalcó que solo se trataba de conjeturas. El conferenciante recordó que en la Abadía de Westminster, en Londres, hay un monolito dedicado a Kane donde se asegura que, quien más tiempo ha gobernado la Isla de entre todos los gobernadores habidos, está enterrado en el Castillo de San Felipe, en Menorca. ¿Dónde se ubicó la tumba de Kane? ¿Estuvo realmente enterrado en aquella capilla? O, como aventura Bruce Laurie, fue finalmente repatriado por el último gobernador británico, general Clephane, cuando Gran Bretaña abandonó la Isla en 1802. ¿Se sabrá algún día con certeza?
Nota: "Lo que cuenta no es que al final del Bachillerato los alumnos catalanes (menorquines) sepan mejor o peor el castellano, sino que aquellos que lo deseen tienen perfecto derecho constitucional a estudiar en esta lengua porque es la suya, porque le ven más futuro, porque les resulta más cómodo o por lo que les dé la gana" (Fernando Savater, "El País", 7 de dic.2012). Efectivamente, un problema de libertad. Solo.
"Bon Nadal a tothom".