El mes de marzo casi pasa desapercibido para la actividad turística. La Semana Santa genera escaso negocio. Son muy pocos los hoteles que se atreven a anticipar la apertura, cuando saben que la demanda es escasa y la oferta de vuelos ridícula. Solo un 6 por ciento de la planta estará operativa, un 3,5 por ciento menos que en 2012. El presidente de ASHOME se refiere a la atonía del mercado nacional y a la falta de conectividad con ciudades europeas cuyos residentes podrían estar interesados en un producto de calidad y diferencial como el que representa Menorca. En cambio, a escasos kilómetros, en Mallorca se prevé la apertura del 55 por ciento de su planta hotelera durante la Semana Santa, lo que ha de representar un movimiento económico muy importante para la creación de riqueza y empleo. La facilidad de llegar a la isla vecina y a un buen precio es determinante para su economía. Lo contrario también lo es para la nuestra. Además ya no se trata solo de una Semana Santa que este año se adelanta respecto a otros cuando cae en abril. Mayo y septiembre no plantean buenas previsiones en cuanto a las reservas de plazas. Sin conexiones aéreas, la temporada se encoge cada vez más.
Editorial
Una Semana Santa sin casi actividad turística