Recibir una atención médica de calidad es uno de los pilares del Estado de bienestar. En la actual coyuntura de crisis, la sanidad pública no se ha salvado de los recortes o ajustes, calificativos que se aplican según sea la persona que analice la situación que se vive en los hospitales y centros de salud. Lo que es una verdad objetiva es que la situación es difícil en un sector muy sensible para la sociedad y que gracias al esfuerzo y dedicación de los profesionales se palían no pocas deficiencias que padece el sistema. Los cambios en la Conselleria y de determinados gestores tampoco han contribuido a dar la estabilidad necesaria. Sin embargo, también se producen noticias positivas. Ayer en el Parlament se dio el dato de que en 2012 se incrementó un 46 por ciento el número de pacientes de Menorca y las Pitiusas que fueron atendidos por especialistas en su lugar de residencia sin tener que acudir a "Son Espases". Esta tendencia parece mantenerse este año, lo que evita las molestias y el coste de los desplazamientos a Palma. Otro aspecto que beneficia al enfermo es el anuncio de que este mes el "Mateu Orfila" verá incrementada la oferta de cardiología y que se ha aumentado la plantilla de pediatras. Son mejoras que se agradecen, pero que no deben ser la excepción. La oferta debe seguir creciendo en las islas menores.
Editorial
Mejoras sanitarias para las islas menores