Pavimentos, acabados y recursos para ordenar los espacios exteriores vinculados al recorrido de visita y su entorno. Cualidades:
• Materiales y texturas, dimensiones de los recorridos.
• Seguridad de utilización, eliminación de barreras arquitectónicas, protección de los usuarios
• Utilización del paisajismo como mecanismo de integración en el entorno
• Alejar los aparcamientos como mecanismo de protección
El entorno de muchos yacimientos tiene un valor ambiental alto. En cualquier caso, el respeto a los restos requiere un tratamiento del espacio exterior muy cuidadoso, tanto por lo que respecta a los pavimentos como elementos asociados a la urbanización, tanto señales viales, como bolardos, muros y otros elementos de protección. Todo ello debe conseguirse sin menoscabo del cumplimiento de las normas de eliminación de barreras arquitectónicas, y la funcionalidad de los recorridos peatonales. En restauraciones antiguas se pueden ver soluciones inadecuadas a estos criterios. Un caso paradigmático es el interesante conjunto de Torralba, excavado en 1970/80 por M. Fernández Miranda y W. Waldren [7], donde la potencia de los nuevos muros de cerramiento, en los que incluso se han insertado una construcción para transformación de tensión eléctrica, así como el vial asfaltado de la antigua carretera cruzando por el eje del yacimiento, requieren una reconducción que permita mejorar la lectura y percepción de los restos arqueológicos.
Obviamente no sirven para los yacimientos los elementos de urbanización utilizados regularmente en vías urbanas convencionales, del mismo modo que los cascos históricos de nuestras ciudades requieren un diseño particular "ad hoc". En el caso de Torre d'en Galmés se ha proyectado un pavimento de hormigón con un diseño particular y en tantos otros yacimientos la conservación de los materiales del lugar dan un soporte adecuado para visitar los recintos. Los criterios de diseño deben derivar más directamente del paisajismo que de la técnica de urbanización habitual.
Los materiales deberían ser los mismos que conforman el paisaje, como la madera, y también otros pueden aportar un contraste, como en el parque del Teide con los diseños con chapa de acero oxidado. El éxito del conjunto será un proyecto y un análisis global, que confiera un distintivo al recinto, con la necesaria integración en el entorno.
El diseño de elementos para evitar las barreras arquitectónicas y permitir una observación detallada del monumento debe usarse con una cierta contención, con objeto de no impedir la observación del sitio desde perspectivas generales, aún a costa de restringir el paso por tramos que no ofrezcan seguridad.
El mejor vallado de un recinto será el que se haya producido históricamente, formado por delimitaciones con vegetación o muros enraizados en el lugar. Sin embargo, la necesidad de realizar nuevos vallados debe afrontarse con sumo cuidado, ya que las dimensiones o tipología de los nuevos muros puede introducir un elemento distorsionante que oculte y modifique la percepción del yacimiento y, especialmente, anule la relación del yacimiento con su entorno, y magnifique la percepción del recinto, en detrimento de la legibilidad del propio monumento. En este sentido, el caso de la basílica de Son Bou resulta revelador. El entorno inmediato del monumento tiene una notable calidad ambiental, pero la conexión del yacimiento con el entorno queda bruscamente interrumpida por un cerramiento que impide prolongar las visuales desde y hacia el monumento, el mar y el acantilado cercano. La continuidad del monumento en su entorno, como se da en un paisaje muy similar, el de Empúries o Baelio Claudia, es esencial para la comprensión del propio monumento, y requiere un cerramiento discreto.
Muy importante situar correctamente los aparcamientos. El entorno monumental debería estar separado visualmente o a una cierta distancia de los coches, con un recorrido peatonal que sirva de interfase, que permite contemplar el legado histórico sin interferencias, y crea una distancia espacio-temporal que nos prepara para sentirnos en otra cultura. En el caso de los numerosos yacimientos visitables de Menorca, con frecuencia hay un espacio entre el aparcamiento y la zona monumental, como ocurre en la Naveta dels Tudons y en la necrópolis de Calascoves, mientras que en el excelente conjunto de Torralba, cuya adecuación se realizó hace muchos años, y en otros, se justificaría una nueva intervención, tanto para reducir el impacto por la inmediatez del aparcamiento y el conjunto monumental, como para remover el antiguo vial asfaltado que lo cruza (Torralba), reconduciendo la relación entre yacimiento y entorno.
(*) Versión de la comunicación presentada al Congreso de Buenas Prácticas en Arqueología. Tema 3.
REFERENCIAS
Autores: Enric Taltavull Femenías, arquitecto, miembro de ICOMOS en colaboración con Aina Oliver Fradera, ingeniera técnica en Diseño Industrial, y Virginia Pallarés Querol, arquitecta.
[2] Principios de la valetta para la salvaguarda y gestión de las poblaciones y áreas urbanas históricas. Adoptado por la XVII Asamblea General de ICOMOS el 28 de noviembre de 2011.
[3] Amalia Pérez-Juez Gil, Gestión del patrimonio arqueológico, Ariel 2010
[4] Postgrado "Paisatges turístics i noves tecnologies", dirigido por el Grup de recerca TICs i Paisatge juntamente con las facultades de Geografía y Filosofía de la Universitat Autónoma de Barcelona
[5] Stefano Gizzi, "L'anastilosi tra restauro architettonico e restauro archeologico Scavi di Ostia" – Quaderns Científics i Tècnics de Restauració Monumental - Barcelona 2002
[6] Leonardo Mosso, "Metodologia di intervento progettuale e sistemico sulla città storica". Editorial BE-MA 1989
[7] Margarita Orfila Pons y Enric Taltavull Femenías, "Guía arqueológica de Menorca" , 1996