Prácticas militares
A primeros de septiembre de 1925 un batallón del Regimiento de Infantería Mahón número 63, bajo la dirección del coronel don Jaime Vidal y al mando inmediato del teniente coronel don Arturo Guerrero, realiza ejercicios y maniobras en el término de Mercadal. Estas fuerzas van al completo de personal, ganado, armamento, municiones y material.
Nuevamente a Marruecos
Día 6 de septiembre el batallón recibe la orden de desplazarse a Mahón a fin de embarcar el día siguiente para África. Salen andando en marcha nocturna y llegan el día 7 de madrugada. Embarcan en el vapor "Jaime I". Un número considerable del personal va hacia el Protectorado por segunda vez. En el momento de zarpar, se exteriorizan sentimientos, palabras y gestos de verdadero cariño, se agitan pañuelos… Alguien disimula alguna lágrima que pugna por saltar. La mente está concentrada en lo que se deja e interroga al futuro.
Navegando todavía dentro del puerto, un inesperado episodio cómico les llama la atención: como consecuencia de la gran ola que produce el avance del navío, unas barcas varadas en la orilla avanzan tierra adentro empujadas por la fuerza del agua; al huir del líquido invasor, un hombre cae y unas muchachas demuestran su agilidad para escapar. Lo precipitado del suceso, la presteza en levantarse del caído, el remojón y la cara de circunstancias eran de lo más gracioso. No se burlaban, pero era difícil contener la risa. Por otra parte, las energías de la juventud pronto salen a flote: se oye entonar alguna canción acompañada de una guitarra; son coplas evocadoras y de añoranza.
Vida en el Protectorado
Mientras nuestro batallón, a bordo del "Jaime I", se dirige hacia su destino; día 8 de septiembre los españoles desembarcan en el punto focal de la insurrección rifeña, es decir, Alhucemas. Participan fuerzas de Tierra, Mar y Aire, también un contingente, más reducido, de franceses. Todos están dirigidos por el general Primo de Rivera.
Los del 63 pisan tierra firme en Larache el día 9; se instalan en el campamento de Ras Resmel junto al río Lucus. Son fuerzas en reserva. Al estar situados en un llano cenagoso, la mayor batalla que libran es contra los mosquitos. Para salir de paseo es necesario atravesar la corriente de agua y así trasladarse a Larache. En esta población, pueden observar ruinas de la antigua colonia fenicia de Lixus; sus viejas murallas y alcazaba con su esbelta torreta árabe.
El 23 de septiembre dejan Ras Resmel para trasladarse al campamento del Mensach cercano a Alcazarquivir. En el nuevo emplazamiento disponen de espaciosos barracones bajo la sombra de frondosos eucaliptos. En ellos gorjean abundantes pajarillos y no les molestan los malditos insectos chupasangres. Se reencuentran con personal de otras unidades un año después de haber coincidido jugándose la vida frente al enemigo. Recuerdan Cobba Darsa, Bakali, Tisgarin, Solano… El contraste es gigantesco: al contrario que la primera vez, la sensación de paz es absoluta.
Hatera el Tuila
Una de las actividades efectuadas por el batallón fue una marcha de reconocimiento de 35 kilómetros. En ésta, participó asimismo una batería de artillería y una sección de caballería. Anduvieron por la ruta de Taatof, posición avanzada de nuestra línea.
A poco de haber empezado, da la sensación de que el astro rey quiere abrasar la reseca y calcinada tierra. Ardientes de sed y ya con sus cantimploras vacías, el teniente coronel ordena hacer alto para dar a la tropa un pequeño descanso. Los soldados hacen una breve exploración en busca de la ansiada agua, para ellos rico néctar. La encuentran, pero el mando la percibe en malas condiciones (posiblemente envenenada). Advierte que no la beban. Se reanuda la marcha, no paran hasta la posición de Atera el Tuila, en donde almuerzan.
De improviso, suenan unos disparos aislados; son "pacos" enemigos que aprovechan los momentos de descanso para desarrollar su plan pueril. Unas descargas certeras de la artillería de la posición les ponen en fuga despavorida.
Tradiciones
Los domingos, después de la misa, se concede a los soldados unas horas de paseo; aprovechan para conocer Alcazarquivir y las costumbres de sus habitantes. Les sorprende la forma de saludarse: lo realizan dándose un apretón después se llevan mutuamente la mano a los labios y la besan con recogimiento en señal de alianza.
En la misma población al celebrar los islamitas su tradicional despido de la Pascua Malud las legiones de los aisanas y los hamachas van a depositar la ofrenda de sangre en la Mezquita de Muley-Ali-Bugaied. La música de chirimía y tambor es importante mientras bailan una danza singular que les enardece. De pronto, aparece un hombre con un cordero a la espalda y la muchedumbre se lanza sobre él ululando… A poco, la res ha sido descuartizada y el gentío devora la carne y las piltrafas. La multitud sudorosa y cubierta de barro y sangre despide un agudo olor. A continuación, los hamachas avanzan con su danza peculiar; empieza un combate, dos luchadores se golpean la cabeza con un hacha. El público se tiñe las manos con la sangre de los beligerantes… Cae uno desvanecido. La avalancha de danzarines sangrientos pasa sobre él…
Operaciones en Alhucemas
El 26 de septiembre las fuerzas desembarcadas han ocupado las alturas que dominan la bahía de Alhucemas. Después de un periodo de temporal que no ha permitido el apoyo aéreo y logístico preciso, comienza la etapa de consolidación. El Gobierno considera terminados, por ahora, los combates a fondo en esta comarca. En lo sucesivo, cuanto se haga, será para consolidar la fortificación de nuestras nuevas posiciones y dominar las escasas fracciones de rebeldes. El 13 de octubre el general Primo de Rivera, no ve imprescindible su presencia en el teatro de operaciones y entrega el cargo de Alto Comisario al general Sanjurjo.
Nueva repatriación
Se reducen las fuerzas españolas en el Protectorado. El 4 de enero de 1926, a excepción de una compañía, nuestro batallón embarca para Menorca. Al llegar a la Roqueta, el Regimiento obsequia, a las tropas y familiares próximos, con una suculenta comida. Es una gozada ver y sentir, por lo inhabitual, el efecto que hace el heterogéneo espectáculo de los uniformes caqui de los infantes con las distintas indumentarias de sus progenitores. El comedor está adornado con los colores nacionales y con profusión floral.
El general Gobernador dirigió una cariñosa salutación de bienvenida a los recién llegados. También el alcalde de Mahón pronunció palabras de afecto en nombre propio y de los alcaldes, todos presentes, del resto de los ayuntamientos menorquines.
El acto siguiente se celebró en la plaza de la Explanada para despedir a los repatriados del reemplazo de 1922. Situada la Bandera ante los que terminaban el servicio militar activo, el general gobernador les dirigió un afable saludo y sentida exhortación para el cumplimiento de los deberes de buenos ciudadanos en la vida civil. Terminó con triple viva a España, al Rey y al Regimiento. Respondieron cumplidamente los que se licenciaban. Éstos desfilaron ante la enseña nacional recibiendo a continuación la licencia. La brillante banda de música del Regimiento amenizó la fiesta que fue presenciada por numerosísimo público.