Reconozco que me enteré por casualidad de que hoy es el Día Internacional del Ahorro, una celebración que se remonta nada menos que a 1924. En los tiempos que corren, la mayoría de familias se conforman con llegar a final de mes, por mucho ánimo que se nos intente insuflar afirmando que lo peor ha pasado y que la recuperación se mueve ya entre 2014 y 2015. Mientras, se van presentando los presupuestos del Estado y del Govern (los insulares y locales están todavía en las trincheras), que en la práctica son números y más números que, si todo se desarrolla bien, tardarán en traducirse en un beneficio en la vida cotidiana de la gente.
Pero volvamos al Día Internacional del Ahorro. Y qué mejor manera que con unas declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien ha asegurado en el Congreso que a pesar de la crisis y el endeudamiento en España todavía existen familias con capacidad de ahorro real. Claro, y personas que pueden comprarse un Ferrari. Pero lo que yo veo en la calle o es un espejismo o es que su señoría vive en otra dimensión o en un barrio de alto standing.
Según diversos datos la tasa de ahorro familiar sigue cayendo, ya que mientras que la media histórica se ha situado en torno al 11 por ciento la cifra actual ha caído hasta el 8. Mucho me parece. Pero bueno, dejémoslo ahí.
Se dice que ahorrar no es solo una práctica sino también una cultura. Nada que objetar si los vientos son favorables y se pueden guardar unos eurillos cada mes para darse un capricho o cubrir una emergencia.
Por cierto, y antes de que se me olvide, las tradicionales huchas representan la figura de un cerdo porque desde siempre se ha considerado que es un animal sinónimo de prosperidad y abundancia. Ojalá me equivoque pero yo al cerdito todavía lo veo bastante pequeñoy delgado.