Pues lo mejor hubiera sido empezar por prohibir las protestas. No sé, si al final pensaban hacerlo no entiendo a qué viene tanto retraso, se hubieran ahorrado mucho alboroto y numerosos problemas. Y es que no hay nada más eficaz que amenazar con multas de hasta 600.000 euros para ahuyentar a los que se quisieran quejar de su pobreza. También debían haber prohibido la difusión de imágenes de policía mucho antes de que pudiéramos ver lo violentos que pueden ser algunos para contener la violencia, ahora es imposible borrar muchas de la memoria, se quedaron en la retina y en la red, aunque bueno, siempre podrán sancionar recordarlas, o mencionarlas, linkarlas, o multar incluso pensar en ellas demasiado fuerte, lo podrían incluir en la siguiente modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana. Al tiempo, aquí ya no hay límite que uno pueda asegurar que no se salten a base de leyes. Leyes que curiosamente obligan a que se aplique la injusticia, y en mucho casos sin que intervenga siquiera un juez. Más limpio. Es mejor ahorrarse intermediarios, sobre todo cuando éstos tienen la peregrina costumbre de actuar según el concepto general de justicia en vez de según lo que se ajusta a los intereses del que gobierna.
Si el Poder Judicial no quiere ir de la línea del Poder Ejecutivo, basta con someterlo con el Poder legislativo. Así de fácil, eso nos enseña hoy el PP, sin ruborizarse ellos, para vergüenza del resto. La separación de poderes es un bonito escaparate que nada tiene que ver con lo que ocurre en la trastienda. Aunque bueno, ahora el escaparate es más bien la propia trastienda, y es curioso, porque ni siquiera viendo lo que realmente ocurre parece que reaccionemos a lo que pasa. Y a ver quién lo hace, quién protesta y anima ahora a que otros lo hagan, sabiendo las desproporcionadas multas que de forma directa se aplicarían. Calla o empeorarás la situación de la que te quejas, calla mientras te golpeo, por cada grito dos veces, calla y sonríe a cámara o te la quito. Calla mientras te lo quito todo, calla o te dejo sin nada, calla que tú no sabes de lo que hablas, que puedo hacer que pagues por cada palabra. Calla, calla y calla.
Y puede que lo peor de todas estas modificaciones en la nueva Ley no sea tanto lo que prohíben, ni la libertad que impiden o los derechos que vulneran, porque todavía es peor lo que realmente anuncian, lo que se esconde tras la voluntad de aprobarlas, que no es otra cosa que más motivos de protesta. Es decir, que planifican que seguirá todo mal, y a peor. Pues una de dos, o se están preparando el terreno para lo que se avecina o se están tomando la venganza de los tontos. Ésa que se lleva a cabo con tanto retraso que se cierne sobre el que la practica.
Un día de estos habría que ir al Congreso a protestar porque no se pueda protestar en el Congreso. Y que invite la insolvencia.