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Asseguts a sa vorera

Abducciones en verano

Estoy preocupado. Ningún medio de comunicación ha hecho referencia alguna en los últimos días a una posible abducción extraterrestre o secuestro en masa. Nadie ha dicho nada y esta falta de información, no sé si fruto de algún protocolo, me asfixia. Como ciudadano, primero, y como periodista, segundo. ¿Alguien ha comprobado que los trabajadores de la conselleria de Educación del Govern Balear están bien?

Esta semana invertí mi miércoles por la mañana, concretamente entre las 10 y las 12, en intentar hablar con algún especialista sobre un tema de Educación. No era nada complicado, de hecho, era algo tan sencillo que con una búsqueda en Google nivel medio lo habría encontrado pero cuando el calor aprieta te da pereza moverte... Incluso cibernéticamente. Busqué el teléfono del ente público y pegué un telefonazo contento e imaginando que en un plis mis dudas quedarían resueltas y sin pensar, por supuesto, que poco a poco me iba introduciendo en una trama de misterio con tintes terroríficos que podría estar firmada por el mismísimo Stephen King.

Una vez el robot teleoperador me confirmó que no había errado con el número me ofreció un sinfín de posibilidades para poder conectar. Como si de uno de esos libros en los que el lector va eligiendo cómo sigue la aventura, fui probando extensiones sin saber muy bien qué me encontraría al otro lado del aparato. Pero la realidad fue aterradora: Nada ni nadie.

Cuando la primera opción acabó súbitamente después de tropecientos tonos de espera, volví a llamar pasando por el simpático robot aunque esta vez cambiando la ruta de extensiones buscando la secretaria de no sé muy bien qué pero que tenía pinta de poderme ayudar. De nuevo, nada. Y así, sucesivamente, hasta en cuatro ocasiones más, a razón de unos once minutos por llamada.

Fue entonces cuando pensé en que la sede y sus trabajadores habían sido abducidos por un ejército de alienígenas sedientos de venganza por nuestra insistencia en llenar el espacio de basura espacial. O que habían sido víctimas del calor, se habían derretido en masa o por una combustión espontánea. De hecho sigo preocupado. Incluso llegué a comprobar el calendario por si este año el mes de agosto llegaba en mitad de julio. Nada. Solo quería enviarles un mensaje allá donde estén: «Mantened la calma. Seguimos preocupados por vosotros. Os tenemos presentes en nuestras oraciones. I alerta amb es borns que són molt punyeteros. Cambio y corto».

dgelabertpetrus@gmail.com

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