Ya no recuerdo qué periodista o escritor, cuando tenía que escribir un artículo, abría el diccionario y escogía como tema la primera palabra que le salía. Resulta algo arriesgado, porque te puede salir cualquier cosa; aunque también se puede hacer trampa y pasarte un buen rato abriendo páginas hasta dar con una palabra que te guste. Además, para eso conviene tener un diccionario de los antiguos, impresos sobre papel, donde pasar páginas es un acto mecánico, no un artificio virtual como ocurre con los diccionarios digitales, que por cierto son los más rápidos de consultar. Pues bien, aplicando este método a mí me ha salido la palabra «fotografía». Según el diccionario: «Arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas, las imágenes recogidas en el fondo de una cámara oscura». Donde se echa de ver que el diccionario evoluciona menos que la vida, porque hoy la mayoría de las fotografías no necesitan de reacciones químicas, porque se hacen con cámaras digitales.
Dando vueltas a la palabra «fotografía» me encuentro con una canción firmada por Ringo Starr en la que afirma que todo lo que tiene de su «ex» es una fotografía. Eso me recuerda que hoy se llevan mucho estas dos cosas, los y las «ex» y la venganza. Cuando se riñe con el novio o la novia una de las venganzas establecidas consiste en colgar fotografías más o menos comprometedoras en la red, de modo que las fotografías ya no se cuelgan solo en las paredes, siendo la red en ese caso lo que llaman «internet» (net es red en inglés).
Todo eso es muy moderno. Antes las fotografías se imprimían sobre papel y resultaban mucho más caras que ahora. Solía haber en los pueblos uno o dos fotógrafos cargados de sabiduría de la vida, y hartos de asistir a bodas y comuniones para dejar testimonio gráfico de ellas. También estaban hartos de que algunos les dijeran que les había sacado muy poco favorecidos. En esos casos el fotógrafo de mi pueblo –Ciutadella de Menorca— solía afirmar: «Como son salen». Claro, no puedes ponerte delante de la cámara y pretender salir como un adonis si eres un adefesio, por mucho arte que tenga el fotógrafo. Otra cosa que solía decir ese buen hombre era: «Dentro de diez años te vas a gustar». Y tenía razón, el tiempo lo alisa todo, menos las arrugas. En eso hay ahora en internet otro artificio; mandas una fotografía y te dicen la edad que aparentas. Claro que deben de ser muy cucos y tirar por lo bajo, y así todos contentos.