El pesimismo sobre la situación económica pierde terreno en Balears, pero en Menorca la foto fija sigue siendo similar, la confianza en el futuro, pese a que las cifras no son tan negativas como hace un año, no acaba de despegar. Esta es la conclusión del último análisis de la Fundación Gadeso. Mientras en su conjunto, el archipiélago tiene una visión más positiva que la media española, aquí la mayoría piensa que en 2016 habrá más de lo mismo. Detrás del resultado de ese estudio hay datos como los 1.265 menorquines que están en paro desde hace más de un año, por lo que su problema laboral corre el riesgo de hacerse crónico. Gran parte de estos parados son mayores de 45 años y así lo señalan sindicatos y empresarios, por lo que cada vez más desciende la edad en la que puedes verte expulsado del mercado laboral con tus posibilidades de retorno muy mermadas.
De los 5.662 parados registrados en Menorca en octubre, 2.213 eran mayores de 45 años, según las cifras del Observatori del Treball, y el grueso, 1.839, se concentraba entre los 45 y los 59 años. Y no es lo mismo coger los libros, cambiar de profesión, reciclarse, o echarte una mochila a la espalda y buscar oportunidades en cualquier sitio cuando se llega a esa peligrosa edad, con obligaciones que cumplir, ya lejos del primer empleo pero sin atisbar aún una jubilación para la que no saben si podrán seguir cotizando. Se habla mucho menos de este paro que del de otros segmentos de la población. El problema es tan serio que en Balears funciona una asociación -AMPEB, sin extensión en Menorca-, que aglutina a este colectivo para compartir inquietudes, orientación y para alzar su voz. Es una fuerza laboral aún joven con el plus de la experiencia, que se está dejando perder. El Programa Visibles del Govern, que establecerá cupos de empleos en las contrataciones públicas para este colectivo, suena bien. Ahora falta que las medidas sean reales, se apliquen y se deje de discriminar abiertamente a trabajadores por razones de edad.