Quienes llegaron con la bandera de la regeneración para acabar con las antiguas prácticas de la casta, el apego al cargo de la vieja política y actuar en las instituciones con el único criterio de la defensa del interés general, protagonizan, sin tregua, uno de los episodios más esperpénticos, surrealistas y disparatados de la política balear.
Una crisis institucional que afecta a la segunda autoridad de Balears, al Parlament en su conjunto y salpica al Govern del Pacte, cuya gestión queda difuminada ante el ruido mediático de unos enfrentamientos a cara de perro que han desplazado, en los telediarios, las noticias de Balears.
Del apoyo de Francina Armengol a un olvidado, Pedro Sánchez caído en el combate de la calle Ferraz hemos pasado a los expedientes disciplinarios, suspensión de militancia incluida, a las purgas y las expulsiones, que Pablo Echenique oficia, desde Madrid, como inquisidor mayor.
Podemos se desangra en la batalla que, desde hace semanas, libran la presidenta del Parlament, Xelo Huertas la diputada gallega Montse Seijas, elegida por la circunscripción de Menorca y el investigador Daniel Bachiller. Los tres han sido expulsados del partido de los círculos por el comité de conflictos de Podemos-Balears.
Para ganar tiempo, Huertas y Seijas ya han anunciado recursos ante el comité estatal y que emprenderán acciones penales contra Echenique por haberles acusado de corrupción. En pocos días se incorporarán al Grupo Mixto. El grupo parlamentario de Podemos pasará de diez a ocho diputados, y está aún en el aire quien presidirá el Parlament y también su dignidad.
Més per Menorca relevó a Esperança Camps por Ruth Mateu en Cultura Podemos expulsa a Huertas y Seijas. Cuantos más apoyos recibe Alberto Jarabo del PSIB-PSOE y Més, mayor es su debilidad. No hay vieja y nueva política, sino buena y mala política.