Queridos Reyes Magos de Oriente, en la presente van algunas peticiones que espero merezcan la atención de Sus Majestades.
La primera petición es para los niños que tienen que ver, lamentablemente a tan tierna edad, como los gobiernos europeos ni siquiera son capaces de cumplir con esa obligación moral del asilo para aquellos que huyen de la sinrazón de una guerra interminable y van desorientados, cobijados por su mísera situación por una Europa de campos y corazones helados. Esos niños como los otros niños de los excelentísimos señores políticos, también tiene derecho a un juguete, aunque lo que más falta les hace es un poco de calor humano. En estas gélidas fechas del año, viendo como los políticos son incapaces de socorrerles, solo me queda pedírselo a vuestra magnanimidad, sin que quisiera yo mandar una carta a los Reyes Magos de muy complicadas y acaso extremas condiciones, pero Sus Majestades, ya tendrán observado, que el mundo de aquí abajo lo tenemos muy zarandeado por la incomprensión, el egoísmo, cuando no por odios crecientes que aparecen al compás de intereses manipulados por políticos, cuya amplitud de miras acaba entre ellos mismos, lo que da un panorama futuro completamente condicionado a la fantasía que ellos se han fabricado, y hasta es posible que se crean dirigentes iluminados, agavillados por decimonónicas aptitudes. Mi petición para este asunto al que me refiero, se condensa en dos palabras: sentido común para acertar en lo que más conviene a una sociedad que se está fragmentando sin que el ejemplo de otros pueblos que lo están pasando muy mal, precisamente por su fragmentación ideológica, les sirva de ejemplo, con lo saludable que es aprender en cabeza ajena.
La siguiente peticiómn es para que vuestras Majestades nos muestren el camino para terminar con esa ruleta loca de no saber cuál va a ser la próxima mujer que se unió en mala hora enamorada de su asesino. No puede ser que al empezar el año comencemos también la fatídica estadística de saber que las mujeres asesinada por quiénes un día les dijeron que las amaban será entre 40 o 50 al año, y que, desgraciadamente, no se tenga aún la capacidad efectiva para anular tanta barbarie, a la que además vergonzosamente nos estamos acostumbrando.
Mi última petición, Majestades, tampoco por eso es de un fácil contentar, pero hagan un esfuerzo para dar a los investigadores oncológicos un rayo de luz para que por fin encuentren una vacuna contra el cáncer, quizá solo es cuestión de una chispa, como le pasó al Dr. Fleming, que tenía ante su vista la penicilina en un caldo de cultivo, pero supo abrir los ojos para verla o lo Thomas Alva Edison, cuando acertó a poner un cable para que la luz se hiciera luz manejable dentro de una bombilla.
Ya sé que no lo he puesto muy fácil, me costa que ni siquiera para la magia de quiénes son los Reyes, incluso de regalos imposibles.