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Café del mar

El ‘liberum mortis arbitrium' de Cifuentes

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Publio Clodio Trasea Peto, un senador estoico del siglo I, fue acusado de traición por los amigos del emperador Nerón. Se le concedió el liberum mortis arbitrium, la libre elección de la forma de morir, una expresión eufemística que entre los romanos significaba una orden de suicidio.

Estaba cenando cuando recibió el aviso, se despidió de sus comensales, se retiró al dormitorio e invitó al cuestor que le había traído la orden del emperador a presenciar cómo se cortaba las venas. Esperó la muerte conversando con su amigo Demetrio, un filósofo de la escuela rival de los cínicos, sobre la naturaleza del alma.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha recibido el mismo mensaje de Ciudadanos, árbitro con poderes de emperador para oficiar el futuro de Cristina Cifuentes. Ha sido invitada al liberum mortis arbitrium, que traducido al lenguaje de hoy es la dimisión, una forma de suicidio político. Por su reacción no parece que milite en el estoicismo, filosofía construida desde el principio de la causalidad universal y postulados como el de afrontar con valor las consecuencias de los actos personales.

No ha sido acusada de corrupción, que ya es noticia en estos tiempos, sino de haber mentido respecto a un master que, según las pruebas aparecidas hasta ahora, no ha cursado. No resulta trascendente, puesto que solo a los funcionarios y a quien concursa en oposiciones se les exige titulación. El político que opta a un cargo no requiere ningún aval académico, hemos tenido ministros sin titulación universitaria y ha habido y hay consellers con estudios elementales.

Se valora más la decencia, el comportamiento honorable, el parecerlo como la mujer del César además de serlo. Muchos presumen de «tener estudios de ...» sin demostrarlo y además carecen de la virtud estoica.

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