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Tarde y con mal recado

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No tengo capacidad para que se me alcance comprender cómo es que en el tema tan delicado de pedir perdón por parte de ETA ante las barbaridades cometidas por la banda, que fiaba en la extorsión el secuestro, la amenaza y el asesinato tantas veces indiscriminado como medios lícitos para conseguir la independencia, resulta que van ahora y prácticamente al mismo tiempo, como quien se hubiera puesto de acuerdo, los obispos del clero vasco, también piden disculpas. ¿Por qué piden perdón los obispos vascos?, ¿acaso se dan ahora cuenta de la barbarie que apoyaban con sus complicidades, sus ambigüedades y sus omisiones?

Nunca comprendí cómo el clero vasco podía estar tan ciego cuando bastaba y hasta sobraba reflexionar fríamente lo que ETA estaba llevando a cabo. No hacía falta más que un par de segundos para comprender la ruindad y la torpeza de quienes dirigían la organización vasca llevándola camino de la nada, que no haya sido otra cosa que mucha sangre inocente derramada, mucho sufrimiento y terror innecesario y todo eso acompañado, nada más y nada menos, que de 829 personas asesinadas (alguna fuentes consultadas hablan de 840 muertos y 7.265 heridos de muy diversa consideración; algunos mermados de por vida).

¿ALGUIEN EN SU SANO juicio puede pensar de verdad que para olvidar todo ese desastre basta con pedir perdón? Y además ese extraño perdón que solo alcanza a las víctimas colaterales, es decir, para que se entienda, si la organización pensaba hacer volar por los aires a un pobre guardia civil, por esa víctima no se pide perdón. Ahora bien, si como resultado de aquella bomba lapa moría alguien que en mala hora pasaba en ese fatídico momento por allí, por esa víctima colateral sí piden perdón. Es decir, que el perdón que solicitan es un perdón condicionado, no por asesinar a quien pretendían, si no por ese alguien no señalado por el dedo asesino de la banda que sufría colateralmente las desastrosas consecuencias. Los demás muertos, como fueron objetivos de ETA, no hay porqué pedir perdón. Qué ruin selectividad. Hasta en eso ETA deja la huella de su infamia, de una orfandad absoluta por el respeto hacia las vidas ajenas. Después de prácticamente 50 años de estragos de todo tipo, con 829 víctimas, ¿alguien de ETA se siente legitimado para calificar su siniestra andadura como un éxito? Lo malo es que en esta tan larga como cruel actividad haya quien crea que todo queda olvidado por pedir tan miserable perdón. Al pueblo vasco, pero también a buena parte de España, no le será fácil olvidar que un día hubo energúmenos que pensaban que la independencia bien valía 829 asesinados con centenares de heridos que arrastran las secuelas de aquella sinrazón de por vida.

LO HE DICHO en más de una ocasión: ¿qué valor moral tiene pedir perdón? Si esa solicitud de perdón viene de quienes no tuvieron ni el más mínimo atisbo de moralidad en poner una bomba en Hipercor. No estoy para nada en contra de aquel que pide perdón por una equivocación pero 50 años de equivocación me resultan excesivos para prestarle a ese perdón ni siquiera el mínimo indicio de veracidad, mas al contrario me parece que estamos ante una nueva felonía de quienes solo han buscado con sus actos obtener un beneficio. Aquí, con este último acto de ETA, solo falta que algún mandamás idiotizado venga a caer en tan repugnante trampa para que los etarras consigan alguna mejora.

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