La lucha de las pequeñas empresas contra las grandes multinacionales lleva años cobrándose víctimas, es una batalla sin cuartel en la que también han entrado los negocios de alquiler de coches locales. Nadie (o muy pocos me atrevo a decir) llega ya a la oficina de estos negocios e improvisa en el mismo destino el alquiler de un vehículo, porque si no lo ha hecho a través de una agencia de viajes ahí entra en juego –de nuevo–, internet, la red de comunicación que ha trastocado vidas, trabajos y formas de hacer dinero desde finales del siglo pasado. Las páginas de reservas de billetes de avión y hoteles ya incluyen numerosa publicidad sobre opciones para alquilar coches a buen precio; además, existen los buscadores especializados que comparan todas las ofertas disponibles y en los que las empresas menorquinas no aparecen en lo alto del ranking. La competencia en precio con los gigantes del sector es cada vez más difícil, ellos pueden poner coches en la carretera a un coste inasumible para las pymes, pero además, existe un claro problema de posicionamiento en los buscadores por parte de las firmas locales.
Es obvio que ante nuevos retos se necesitan también nuevos conocimientos, y ese flanco de la presencia on line en las primeras posiciones está ahora mismo poco atendido, siendo vital para enganchar al cliente, porque si no, no llega ni a entrar por la puerta. Y si no acude a la oficina, de nada valdrá luego la transparencia en el servicio. Como consumidores, es irremediable, todos buceamos en internet buscando la ganga, nos dejamos atrapar aunque después en el mostrador de la multinacional nos toque el regateo de seguros, con letra muy pequeña, las dudas sobre el coste del combustible y tengamos que sacar fotos con el móvil a cada pequeño arañazo en la carrocería, no sea que nos encajen el paseo por camino pedregoso del conductor anterior. A las pymes, a todas, no les queda otra que fidelizar, dar calidad y un servicio exquisito a ese cliente que les llega después de haber sorteado ofertas de coches a 65 euros una semana en pleno agosto.