Se puede vivir de muchas maneras. Procurando satisfacer necesidades primarias sin aspirar a más o dándole un sentido a lo que hacemos, ampliando constantemente nuestro horizonte y nuestra limitada percepción de la realidad. No se ven los anillos de Saturno a simple vista. Ni comprendemos lo que no conseguimos nombrar. La vida se enriquece cuando la educamos.
-Es hombre de pocas palabras.
-¿Lacónico, conciso, culterano?...
-No, es que le falta vocabulario.
María del Corral, ex directora del Museo Reina Sofía, pone Bilbao como ejemplo de lo que el arte puede hacer para transformar una ciudad. El museo Guggenheim impresiona como una obra de arte en sí misma, además de todo el arte que alberga en su interior. También las islas de Lanzarote y Naoshima aceptaron la apuesta por la creatividad. Se acerca la apertura del centro de arte Hauser & Wirth en la Illa del Rei. Su repercusión nos dirá lo importante que es vivir con arte. Me he comprado el librito «Pequeño diccionario visual de términos arquitectónicos» de Cuadernos Arte Cátedra. Le hubiese gustado a Salvador Castelló, mi profesor de Historia del Arte en el instituto. Capitel, gárgola, cúpulas de diferentes estilos…
El empobrecimiento de vocabulario limita nuestro mundo y lo hace más plano. Menos manejable cuando todo se llama igual. Por eso, escuché esta conversación hace poco:
-¿Es hombre de palabra?
- No, es más de imagen. De esos de ‘Si te he visto, no me acuerdo'...