Come como la persona que quieres ser fue el lema de un anuncio de los supermercados alemanes Edeka que invitaba a pensar. En un pueblo imaginario donde todos, incluidas las mascotas, eran obesos, un niño soñaba con volar con sus alas de papel pero su peso lo hacía imposible. Solo lo logró cuando empezó a observar a las aves y a comer como ellas, bayas y fruta, cambiando sus hábitos alimenticios por otros más saludables. El spot fue polémico, se le acusó de discriminatorio, pero solo llamaba a la reflexión social sobre la obesidad.
En la actualidad el 25 por ciento de la población española es obesa o tiene problemas de sobrepeso, somos el segundo país de Europa en esa lista, solo superados por Reino Unido, y el problema se acelera al mismo ritmo que en Estados Unidos, cuando hace años nos sorprendíamos de que al otro lado del Atlántico sufrieran esa epidemia. Parecíamos blindados por una dieta mediterránea que, a juzgar por las estadísticas, es más teórica que práctica.
La Escola de Salut aborda el tema con expertos en su 30 edición que acaba de comenzar. El director del Observatorio de la Alimentación, Jesús Contreras, hablará mañana en el IME, en una conferencia abierta al público, de los cambios sociales que nos han llevado a empeorar nuestra dieta. Sobre la mesa de debate múltiples factores, económicos, sociales, de consumo: desde la ‘democratización' de lo que antes eran productos capricho, a la falta de tiempo en la cocina, los horarios laborales que marcan la alimentación, la dificultad de parte de la población para acceder a productos frescos, más caros que los procesados, o la excesiva tolerancia y el abanico de opciones que damos a los niños a la hora de comer. Es bueno que se aborde esta cuestión como un problema de salud pública ya incuestionable y que se den las pautas para aprender a nutrirnos mejor, aunque la publicidad, las prisas y la pereza nos lo pongan difícil.