Veo en las redes y en los comentarios de menorca.info como se retuercen debates cíclicos, muy nuestros, en tiempos de coronavirus. Unos se lanzan contra los funcionarios, a quienes atribuyen un interés mínimo por la economía desde la comodidad de su puesto de trabajo. Otros creen que un verano sin turistas y solo para los isleños es una bendición. Hay quien prefiere los colegios cerrados, incluso en septiembre, porque el «vale más prevenir que curar» hay que llevarlo hasta las últimas consecuencias. La sensación es que en la Isla cada uno hace su guerra y cuenta la historia según le va. No hay plan compartido.
¿En quién confiamos los menorquines para liderar una propuesta propia, que no venga dictada de fuera y que defienda realmente los intereses locales? Pese a la buena voluntad de su presidenta, el Consell pinta poco, cuando debería jugar un papel protagonista. Este es un buen momento y lo desaprovechan.
¿Dónde está nuestro comité de expertos? Creo que sería interesante que existieran dos grupos de trabajo. El dedicado a la salud pública, coordinando la aplicación de las medidas del confinamiento y la desescalada, analizando los datos insulares, interviniendo en la distribución de materiales de producción. Y planteando los informes que avalen un trato específico para Menorca.
Y un segundo grupo económico, marcando prioridades para la recuperación, reuniendo recursos, colaborando con la administración para aplicar medidas eficaces de agilidad en los trámites, revisión de impuestos y especialmente el desarrollo de medidas concretas para fomentar la actividad económica.
Si el lunes 4 y no mañana hubiéramos entrado en la fase 1, Menorca lideraría la desescalada. Las gestiones privadas con Madrid no contaron con la implicación de los responsables políticos. Y se hicieron tarde. Esto debería servir de lección. Hay que coordinarse mejor y dejar de estar en shock. Entremos de verdad en una nueva fase.