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En pocas palabras

Sociedad de restas

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Desde hace bastante tiempo estamos viendo como se nos van quitando cosas valiosas, para ser sustituidas por otras de corto recorrido. Y cuando leo que andamos escasos de números de la guardia civil y que tenemos que importarlos de Palma a un coste elevado, cuando leo que la ya pieza de museo de esa silla que en su día se puso a pie de escalera en el local de la Comisaría de Policía Nacional de Mahón, donde se emiten los DNI, para facilitar el acceso a personas impedidas, cuando sigo leyendo que no se puede arreglar porque no hay piezas de recambio por ser un modelo obsoleto, cuando leo que quienes tienen la solución piensan que para qué gastar en una silla nueva si la Comisaría se va a trasladar a otro lugar en breve, cuando veo que en este caso como en la mayoría «breve» significa a largo plazo, uno piensa que diablos pasa con tanta demora en atender a nuestros cuerpos de seguridad, en facilitarles una casa cuartel donde puedan alojarse dignamente, qué diablos pasa decía con el destino de las inversiones cuando vemos las millonadas que se gastan en actuaciones    innecesarias.

Eso sí, luego querremos que al minuto acudan a solucionarnos los problemas, que para esto están y para eso cobran dirán algunos. Giro cuarenta y cinco grados mi vista para ver si la fortuna va a sonreírnos pero no, siguen diciéndonos que a los mayores se les va a poner más difícil de lo que ya estaba el derecho a utilizar los viajes del Imserso y que los hoteleros están muy cabreados y con razón, porque a veinte euros por abuelito y todo incluido no les salen las cuentas. Voy a comprarme un décimo de lotería. Es difícil que me toque, lo sé, pero    mi número está en el bombo y puede tocarme, no como a los mencionados más arriba que esos sí que lo tienen más difícil.

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