Adiós a la separación de poderes. Delenda est democratia. Creíamos que en Europa estábamos a salvo. No sabemos cuándo ni cómo pero pagaremos las consecuencias. Porque Europa está en decadencia y cuando en entra en ese procés, la metástasis es imparable. El brexit no fue casualidad. Ni las estratosféricas inversiones de China por el mundo. Ni que surgiera Podemos y sus conexiones con la Venezuela bolivariana. Ni que Zapatero llegara al poder tras un atentado terrorista prácticamente en la jornada de reflexión y ahora sea amigo de Maduro y Cristina Kirchner. ¿Alguien conoce lo que es el Grupo de Puebla? O las conexiones del independentismo con Rusia. O que un mundial de fútbol se celebre en Catar. Vaya paranoia.
Son sucesos aislados que no tienen nada que ver. Los ataques a la Monarquía y a la Constitución son casualidades que no guardan relación con que Sánchez gobierne con Podemos, Esquerra Republicana, Bildu y PNV.
Somos muy mal pensados. Nadie quiere controlar a los jueces ni a los medios de comunicación. Son imaginaciones calenturientas de gente retógrada.
Hay que ser progresistas y la alternativa a Sánchez es el caos. Votar a la derecha es votar a la extrema derecha. En cambio votar a la izquierda es moderación y la única opción posible. Abajo el régimen del 78. Lo deudores son esclavos de sus acreedores. Les hemos dado el poder y ahora, por lo visto, ya no querrán soltarlo. Habrá que apechugar.