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Les coses senzilles

Lo que hay que comer

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Una alimentación a base de zapatos no le sienta bien ni a Charlot, que en la película «Gourmet» es tan pobre que tiene que comerse un zapato guisado. Pero el refrán afirma: «La salud no está en el plato, sino en el zapato». Supongo que debe de referirse a comer con frugalidad y hacer ejercicio, que es saludable. Creo que hoy en día se abusa a la hora de recomendar alimentos saludables, alimentos que previenen el infarto, alimentos que evitan el ictus, alimentos que son buenos para la próstata, alimentos que se aconsejan contra el cáncer, alimentos para conseguir la longevidad, alimentos que potencian la erección, alimentos para una buena digestión, alimentos que nos hacen dormir como niños, alimentos para alimentarnos mejor, je, je… Echo una mirada a los diez alimentos más saludables recomendados e incluyen tomate, pimiento, garbanzo, pavo, sardina, arándano, mango y uva. Vamos, que si no hay sardinas habrá que comerlas en lata –pero quitando la lata, que es indigesta-, y si no hay arándanos habrá que traerlos de Australia (o de la Conchinchina, que es una deformación coloquial para referirse a un lugar muy lejano, pero que en realidad es una región situada al sur de Vietnam). Bueno, y ya conocen las prohibiciones: no hay que comer azúcar porque produce cáncer, no hay que comer carnes rojas porque causan cáncer, no hay que comer sal porque sube las tensión, no hay que comer pasteles, no hay que comer queso, no hay que comer tocino, no hay que comer mahonesa, no hay que comer salsas, no hay que comer pizza porque todo eso es contrario a la presión arterial. Cierta señora de edad, alarmada ante los estragos de la próstata, preguntó una vez dónde la tenía. Le dijeron que las mujeres no tienen próstata, aunque sí tienen testosterona y ahora parece que para potenciarla -para potenciar la testosterona, que es la hormona de Obama, es decir, del «Yo puedo»- hay que comer brócoli, huevos, nueces, aguacates y coliflor. Ya estamos todos comiendo cosas que no nos gustan, porque ya se sabe que todo lo bueno es perjudicial para la salud o bien es pecado.

Se me ocurre que esta guerra de lo que hay que comer y lo que no hay que comer pueda ser comercial. Los fabricantes necesitan vender espárragos, pues los espárragos son buenos para el cáncer. Después dicen lo contrario, que los espárragos provocan cáncer, porque otro comerciante quiere vender otro producto, y luego sale un señor muy glotón en la tele y le recomiendan un yogur para el colesterol.

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