La vacunación contra la gripe sigue estando en niveles muy bajos, a pesar de que en estos primeros días de enero parece que la isla entera tose. No se ha logrado el objetivo de tener un 76 por ciento de vacunados en mayores de 65 años, Balears se queda en un 42, Menorca en el 38 por ciento de ese segmento de población y Canal Salat, lo dice su directora, baja al 37 %. Pero la apuesta más importante en esta campaña, por novedosa, era la inmunización de los niños de menos de cinco años, un grupo que es transmisor del virus pero que además, advierten los pediatras, también tiene un riesgo elevado, «la gripe es tan grave para los niños de menos de cinco años como para los mayores de 65», explica el doctor Edelmiro Vergés, miembro del comité asesor de vacunas de Balears.
Los padres, siempre tan disciplinados a la hora de seguir el calendario vacunal de sus hijos desde sus primeras semanas de vida, son en todo caso los que están detrás de esta poca cobertura, no están convencidos. En Balears se ha llegado apenas al 17 por ciento de niños protegidos mientras que Menorca alcanza el 14,25 por ciento en el último balance. Y eso que aquí se avanzó en la supresión de la cita previa, que comenzó el 27 de diciembre mientras que en el resto de la comunidad se dio esa posibilidad el 10 de enero. Se habla de ‘fatiga vacunal' después de haber vivido la pandemia para explicar esa falta de interés por protegerse de la gripe.
Ante las críticas de los pediatras, Salud ya diseña un cambio de estrategia en la próxima campaña, que en realidad, y en concreto para los niños, me recuerda alguna vacunación de mi etapa escolar, cuando íbamos en fila recibiendo el ‘jeringazo', sin padres a la vista. Se intentó con la covid-19 pero no llegó a concretarse, ahora ha dado buenos resultados en otras comunidades. Veremos si vence las reticencias de las familias y logra la colaboración de los docentes para una responsabilidad añadida.