Lo reconozco, cada vez soy más uno de ellos. Me he vuelto consumidor de ‘podcast', entrevistas y programas similares a los de radio que puedes escuchar cuando te viene bien para que te acompañen en alguna actividad. Por ejemplo, mientras corres. Hasta hace no mucho pensaba que lo mejor era desconectar con música aleatoria pero cada vez encuentro a gente más interesante y con cosas más interesantes por compartir. Mi último hallazgo es ‘Roca Project' una iniciativa del polifacético y genial periodista, doblador y locutor menorquín, Carlos Roca, que se abre en una serie de entrevistas con protagonistas que tienen mucho que contar y que, te lo aseguro, no te dejan indiferente en Sportify o Youtube. Al menos, en mi caso, lo ha conseguido con su primer capítulo. A su cautivadora voz (qué envidia buena me da la gente que tiene un chorro de voz que le permite hipnotizar al que la escucha casi solo saludándolo) le suma una entrevista muy interesante al educador social, Brian Giner, víctima de abusos desde muy pequeño y que se abre en canal, al igual que el propio Roca, en algo más de una hora de charla que te engancha de principio a fin. No es una historia bonita ni fácil y por momentos la empatía se dispara hasta ponerte en la piel del entrevistado y del entrevistador para sentir en tu propia cara el dolor tanto de los insultos como de los golpes, pero es una historia que necesariamente se tiene que contar. Hay que darles voz a las personas que han sufrido en silencio para ayudarles de ahora en adelante todo lo que no hemos podido desde ahora para atrás en el tiempo. No sé si el hecho de haber sido víctima de bullying en el instituto hace que me solidarice más con ellos mientras hablan pero también lo hacen sobre los acosadores y sobre los observadores, aquellas personas que ven pero no actúan y que, por tanto, se convierten en cómplices del dolor. Sí, también he sido cómplice en algún momento de mi adolescencia, porque en mis momentos de horror me aliviaba pensar que «por lo menos hoy no la toman conmigo».
Y no veas lo mal que me hace sentir, hasta el punto de que preferiría mil veces haberme llevado yo los golpes y los insultos que ser testigo del dolor ajeno. Durante la charla se comparten ideas que me parecen increíbles y que ojalá hubiese escuchado cuando yo era el acosado. «No se pone en valor lo diferente», «La vida se divide entre las personas que han sufrido y los que van a sufrir» o «El silencio del observador mata más que el bullying». Brutal, ¿no te parece? Ojalá usásemos más internet para buscar más joyas como esta y menos basura. Para no ser nunca más ni la víctima, ni el acosador, ni por supuesto el observador cómplice.