La reunión familiar a manteles, convocada por el patriarca de hondas raíces menorquinas, ocurrió en el Real Círculo de la Amistad. Institución socio-cultural muy respetada desde la Córdoba decimonónica, ubicada en una parte del antiguo claustro, que perteneció al convento de Nuestra Señora de las Nieves, retiro de monjas agustinas recoletas, desamortizado en 1836, destinado después a casa de vecindad, cuya capilla fue habilitada en 1842 por ateneístas cordobeses que fundaron el Liceo Artístico y Literario, embrión del Círculo actual.
Inciso. El lector se alinearía con Julio Camba, cuando este señaló, con singularidades, que la reunión a manteles era un medio adecuado, y no tanto el fin, para liberar latidos de conciencia y de empatía.
De vuelta al palacete, surge el rico patrimonio albergado, que vincula a la cultura como eje importante de su actividad, con el valioso fondo bibliográfico de 25.000 volúmenes [?], incluido un incunable de Juan Tritemio, de cuando Cisneros… Entre las joyas pictóricas custodiadas sobresalen las de Julio Romero de Torres. Cerca de esa exposición, en un acogedor patio para eventos gastronómicos [El Jardín de los Magnolios], pudimos degustar con nuestros parientes unos exquisitos caldos y viandas, en un ambiente grato de aromas y colorido floral, que se funde con el susurrante y dócil discurrir del agua, que mana sosegada de una fuente central.