Celebro que haya tantas personas preocupadas por la masificación y los problemas que se derivan del exceso de oferta turística, de los colapsos circulatorios, aunque también me gustaría alguna reacción ante las listas de espera que sufren los ciudadanos de Balears en la sanidad pública, del bajo nivel educativo, y de la okupación de viviendas por parte de las mafias.
Está muy bien que un centenar de personas se reúnan a instancias de la presidenta balear y empiecen a abordar esta problemática, pero ya les digo que no soy optimista, que posiblemente se harán propuestas muy generales y que no se atreverán con medidas rápidas y efectivas, como puede ser contactar con las compañías aéreas para que reduzcan frecuencias aéreas con los aeropuertos de Balears. O dejar de ir a ferias, por ejemplo. No olviden que un turista solo tiene tres premisas cuando quiere viajar: en primer lugar que le guste el destino, el segundo aspecto importante es encontrar un billete de avión (o de barco para una minoría) y encontrar una habitación de hotel. Mientras haya aviones que vuelen a diario a Palma, Ibiza o Menorca desde cualquier lugar de Europa o del mundo llegarán turistas por mucho que se reúnan más de cien personas, o mil si quieren, para mostrar su preocupación por la masificación del mes de mayo. No me quiero ni imaginar de lo que serán capaces de hacer en julio y agosto.
Sinceramente, no creo que la masificación sea el principal problema que hay en Balears. Es la falta de vivienda de alquiler lo que preocupa, y los precios altos que impiden a cualquier joven, incluso con trabajo, adquirir una propiedad. El otro día un agente inmobiliario contaba en IB3 que colgaron en su portal un piso de 3 habitaciones y un baño en Son Rapinya por unos 1.000 euros al mes. En apenas cinco horas recibieron 1.800 peticiones por teléfono o mail. Finalmente fueron elegidos cinco candidatos. Hoy es más fácil que te toque la lotería que conseguir un piso para alquilar. Cuando tienes asegurada la vivienda hay otros problemas que realmente pasan a un segundo plano. O incluso que preocupan muy poco.