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La Sindicatura de Menorca

Un gran apoyo a la ciudadanía

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La historia del «Defensor del Pueblo» (lo que viene a ser nuestra Sindicatura de Greuges) comienza en la antigüedad, ya que la creación de instituciones que permitan la supervisión y control de la autoridad(es) mediante la defensa de los derechos ciudadanos ha sido una preocupación y una necesidad constante en la historia de la humanidad.

Como leeréis más adelante (si seguís leyendo) si bien los suecos le dieron a la institución el grado de desarrollo y sistematización necesarios, desde muy antiguo existieron figuras que llevaron adelante tareas de control y defensa de los derechos humanos.

Según Javier Indalecio, en la Antigua China en la dinastía Han (206 a.C. - 220 d.C.) el Emperador ya designó un funcionario denominado «Yan» a fin de que ejerciera un control sistemático y permanente de la administración imperial y sus funcionarios. Este personaje recibía las peticiones del público contra lo que se denominaban «injusticias administrativas».

También en Corea (increíble ¿no?) se ubica la creación de esta institución durante la dinastía Choseon (221 a.C)... y en la antigüedad clásica y posteriormente en Esparta y Atenas se hace referencia a los «Eflore» y los «Euthynoi» respectivamente, quienes se dedicaban a controlar las actividades de los funcionarios del gobierno y las actividades municipales.

En nuestro país también se podría citar como antecedentes de esta figura el «Sahib-al-Mazalim» en la época musulmana y el Justicia Mayor de Aragón.

Hay mucha más historia de estos inicios, pero vemos que la preocupación por «atender» las peticiones de los ciudadanos y controlar las actuaciones de quienes administran han sido constantes y a lo largo de nuestro mundo... así que vayamos a lo que quería contar en este artículo, que ya se alarga mucho.

La palabra escandinava «Ombudsman» de origen alemán no tiene una clara traducción en nuestra lengua, pero su significado es algo así como mediador, agente guardián, representante... en nuestro país se ha definido de diferentes maneras... defensor del pueblo, síndic de Greuges... pero el objetivo de esta «institución» es la de actuar en representación de los ciudadanos (administrados) en cuanto tienen algún problema con la administración.

Así quien ostenta esta posición, es decir el síndic o la síndic, el defensor del Pueblo o el ombudsman debería facilitar la resolución por medios oficiosos de las preocupaciones de los ciudadanos en sus relaciones con las administraciones. Por tanto es primordial que sea respetado y atendido por quienes gobiernan.

En Menorca, el Consell insular creó la Sindicatura de Greuges en el año 2016 y son sus características la composición de tres personas independientes, su funcionamiento es colegiado, con dedicación altruista y de ámbito territorial.

Creo que es muy buena noticia que nuestra Isla tenga esta institución que nos evitará, si es atendido correctamente, acudir a la justicia ordinaria cuando tengamos alguna duda o alguna reclamación contra las actuaciones de la administración... es una buena noticia verdaderamente, pero deja de serlo si atendemos a lo que últimamente hemos podido leer en la prensa, es decir el nulo caso que reciben los síndicos por parte de las autoridades.

Mala noticia si se crean instituciones, simplemente para aparentar una administración moderna y justa pero no se hace caso ni se atiende a quienes han sido nombrados síndicos para ejercer esa función.

Porque los síndicos que nos representan y que están a nuestra disposición (el año pasado de 86 expedientes abiertos, resolvieron 68, quedando 18 en trámite) me parece de justicia darles el valor que tiene el trabajo que realizan y no entiendo el ninguneo de algunos representantes de nuestra administración.

Y ya sabéis que una de nuestras quejas es que no se nos responde en tiempo y forma cuando requerimos algo de la administración, pues resulta que lo mismo les ocurre a los representantes de la Sindicatura... ¿Alucinante verdad?

En el informe de la Sindicatura de 2023 y a pesar de que dicen que no pueden hacer una valoración de la mejora en cuanto a las relaciones de ellos con las administraciones ya que ha habido un cambio de gobierno, a pesar de ello aprovechan para realizar una reflexión, reflexión que hago mía, dicen: «Es necesario tomar conciencia que tanto los gobernantes elegidos por la ciudadanía como nosotros somos servidores públicos. Lo somos voluntariamente y nos debemos a los ciudadanos»; y añaden: «A pesar de la complejidad de la gestión pública no podemos desfallecer, ni ustedes (refiriéndose a los gobernantes) ni nosotros».

Y podemos ver el «desafecto» de quienes mandan hacia la Sindicatura en temas tan peregrinos como la dedicación (media jornada y no exclusividad) de quien ocupa la función administrativa (secretario-a), la inexistencia de asesor-a jurídico (servicio que en el reglamento de funcionamiento de la Sindicatura se contempla).

Recuerdo que cuando nació la OCUC, donde fui cofundadora y trabajé (también a modo voluntaria) en primer lugar como asesora jurídica llegando a presidir la organización (Organització de Consumidors i Usuaris de Catalunya) asistí a diferentes encuentros en Europa de lo que allí tenían ya creado (en España aún ni olíamos esa posibilidad) y que era la figura del ombudsman y quedé emocionada al constatar esta vía de acercamiento entre los ciudadanos y las administraciones en sus relaciones. Me pregunté si eso sería posible en nuestro país... y al cabo de un tiempo y después de muchas valoraciones por los políticos de la época, nuestras opiniones y las de otros juristas, se creó la figura del defensor del Pueblo.

La Constitución del 78, en su artículo 54 crea esta institución y fue en 1981 que por medio de Ley Orgánica de 6 de abril, se definió a la figura como «el alto comisionado de las Cortes Generales designado por estas para la defensa de los derechos comprendidos en el título 1 de la Constitución, a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la administración, dando cuenta a las Cortes Generales»... bonito texto ¿verdad?

Animo a nuestras autoridades a que no decepcionen a los ciudadanos y actúen en consecuencia cuando nuestra Sindicatura acude a ellos, de cualquier manera, respondan a las peticiones... respeten en su justa medida la institución que tan buen trabajo podría hacer si fuera debidamente atendida y que ha sido creada por ustedes.

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