Balears es la comunidad con más alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (NESE); entre ellos, quienes presentan altas capacidades intelectuales: el 7,3 por cien de los NESE en las Islas.
Durante el curso 2023-2024, con 161.519 alumnos inscritos, solo hubo 2.466 estudiantes ACI en Balears, de ellos 129 en Menorca. Una cifra que llama la atención porque en el anterior curso 2022-2023 en Menorca se habían contabilizado 160. ¿A qué obedece esta reducción? Al primer gran obstáculo. Estos datos oficiales se refieren a los alumnos detectados, porque el 98 por cien de los ACI no son identificados, todo un fracaso para la sociedad y un maltrato inaceptable para estos estudiantes y sus familias.
El rasgo común de estos alumnos son sus sólidas aptitudes para un aprendizaje rápido y la abstracción. En el aula, si en lugar de hallar un ambiente empático, les repiten los contenidos ya asimilados, los desmotivan y les conducen al fracaso. Necesitan retos y nuevos estímulos para progresar. Lo que debe ser una magnífica oportunidad se transforma en un problema y un naufragio, porque el sistema educativo ni lo afronta, ni lo gestiona ni lo resuelve.
La Conselleria de Educación ha de formar a los profesores para aplicar los protocolos que permitan la detección temprana de todos estos alumnos, con precocidad intelectual, talento simple y complejo, o superdotados. Todos, para que cada uno desarrolle sus capacidades y aptitudes. Pero al no ser detectada la inmensa mayoría de estos estudiantes en Balears, no se actúa, con lo que sufren un doble castigo porque no obtienen la atención necesaria.
Muchos son estigmatizados y ven malogradas sus expectativas al no recibir los apoyos que precisan. Para evitar que Balears pierda el talento de los ACI, la Conselleria debe aportar más medios y recursos. Ha de incentivar la identificación precoz con psicopedagogos en los centros y garantizarles atención una vez detectados. Tener un hijo ACI ha de ser una aventura maravillosa en lugar de convertirse en una frustración.