Hay un artículo en el Estatut d’Autonomia, el 56.3, que podría dar respuesta a eso que, desde hace semanas, lleva de cabeza a grupos políticos y comentaristas de la actualidad parlamentaria: en quién se apoya Marga Prohens para gobernar. El martes, cuando el socialista Iago Negueruela planteó a la presidenta Prohens que convocara el debate de política general para saber qué apoyos tenía y con quién quería sacar adelante sus propuestas políticas, podría haber optado por otra posibilidad todavía más clarificadora: la que prevé el 56.3 del Estatut y establece que quien presida el Govern podrá plantear una «cuestión de confianza». Esta se entiende otorgada por mayoría simple. Y Prohens y el PP la tienen. Ya sea con Vox o sin Vox. La presidenta balear tiene por delante un curso mucho más tranquilo que el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne.
Le Senne ha protagonizado un inicio de curso parlamentario un tanto delirante y con un partido, el suyo, que según el diputado Agustín Buades (todavía en Vox, pero fuera de su grupo parlamentario) lleva camino de terminar como Ciudadanos. Es oportuno atender a lo que Buades cuenta a micrófono abierto, pero también a lo que cuenta de manera más distendida. Hasta Xisco Cardona, el primer fugado de Vox, tiene bastante claro qué pasará, antes de que termine esta legislatura, con ese partido. No solo en Balears, sino en toda España. Ese partido se romperá y la extrema derecha tendrá más de una voz de cara a futuras elecciones. Y no, aunque no hay para tanto, el Govern no está tan tranquilo como aparenta. Aunque, habrá que insistir, peor está el partido de Abascal, que tiene en Mallorca a alguien que de verdad representa sus esencias y que es quien, de verdad, define estrategias. Y no es el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne. Es Pedro Bestard, vicepresidente del Consell y vinculado además con el líder estatal por una afición más o menos común: la que deriva del mundo de la caza.
Agustín Buades no ha decidido él solo dejar el grupo parlamentario y revolver un poco el inicio del curso político. Tanto él como Sergio Rodríguez e Idoia Ribas, también del grupo revoltoso, convertirán Avanza en Libertad en un partido en cuanto llegue el momento oportuno. De todo esto se habla en «los recreos» de este inicio de curso parlamentario donde el «profesor» Le Senne conserva su plaza a la espera, también, de acontecimientos. Un día le pide el PP que no lleve el Parlament como «su cortijo»; otro día le salva de una remoción de la izquierda y al otro vota una censura que Més coló casi de rebote en una moción del PSIB; otro le vuelve a cubrir en la Mesa para que el Parlament no se persone en la investigación judicial sobre si incurrió o no en delito de odio... Y así todo. El trío revoltoso conoce bien Vox, mide sus movimientos y forzará hasta dónde pueda. Solo busca la expulsión. O el perdón.