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Atalaya

Y el fango llegó

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Yo no sé si es debido a las muchas veces que lo nombró el señor Sánchez, o qué, pero en la zona valenciana se quedaron hasta arriba de fango. Y lo que está costando sacarlo… Lástima que a él que tanto le gustaba hablar de él no llegó a catarlo… porque salió por patas, rodeado de sus guardaespaldas que le impidieron probarlo; cosa que sí tuvieron ocasión de hacer nuestros Reyes; los únicos que se ganaron el aprecio del pueblo, al que supieron e insistieron en escuchar, mostrando su gran humanidad abrazando y llorando con las personas que habían empezado increpándolos y que acabaron por explicarles lo mal que se sentían ante el abandono de las administraciones, que no fueron capaces de pasar de colores políticos y mandar ayuda de verdad.

Qué lástima que el Rey no mande, seguro que lo habría hecho mejor que los que nos «desgobiernan» actualmente. Por mi edad no me gusta enzarzarme en disputas políticas, pero eso no quita que no tenga claro quién lo hace bien y quién lo hace mal no, lo siguiente; en el lenguaje de los jóvenes.

Nací en cuna de izquierdas, mi padre era de los que llamaban ‘rojos’, por ello estuvo unos meses encarcelado. Su delito tener carnet del partido comunista y ser concejal de Agricultura del pueblo de Es Castell. Después de la guerra hubo muchos desmanes, les quitaron cuanto poseían a mis padres.

Mi padre encarcelado en el llamado ‘Hospital de Sang’, mi madre sola con dos niños pequeños y con la ropa que llevaban puesta. Pero a veces me pregunto ¿qué pensaría mi padre de los políticos de hoy? De la cantidad de mentiras que son capaces de inventar y los tratos con el mismo diablo, para mantenerse en su ‘poltrona’. Él, que estaba acostumbrado a que la palabra de una persona era sagrada; y la honradez de los políticos de antes era algo que nadie ponía en duda. El caso es que a mí no me gustan los extremos; así que no soy ni de derechas ni de izquierdas, pero como el centro desapareció, a la hora de votar me inclino por el partido que pueda representar un cambio.
Añoro a Suárez, Anguita, Carrillo, incluso a Fraga… porque todos a pesar de sus diferentes ideologías, eran verdaderos caballeros que anteponían lo que era bueno para el pueblo, antes que sus intereses partidistas; porque sabían que si no lo hacían bien, sus adversarios políticos se lo reprocharían públicamente; eso sí con mucha educación y buenas maneras. Por suerte no existía internet ni los que intentan trepar a la fama a base de bulos.

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