Hoy he cambiado el título genérico de «en pocas palabras» por el de «granos de arena». Suelo hacerlo por estas fechas más o menos utilizando el primero en épocas invernales y primaverales y el segundo ya cerca de la estación veraniega. Lo que no puedo asegurarles es que el contenido de mis artículos sea mejor en una época que en otra y más teniendo en cuenta esos cambios climáticos que nos trastocan, ya que si es bueno, malo o regular no depende solo de mí y de la benevolencia de las musas, sino más bien de quién los lea.
Cuando me preguntan si lo que escribo es a mi gusto o pensando en el lector, debo decirles que hay salpicaduras para todos los gustos, hay quienes me dicen que determinado artículo les ha gustado cuando a mí no me lo ha parecido tanto y al revés.
Lo que sí tengo claro y mantengo es que lo que escribo quiero que no sea muy extenso, que sea respetuoso y normalmente rebozar con tonos humorísticos hechos y comentarios excesivamente pesimistas y que directa o indirectamente atenazan nuestro espíritu y nublan la mente evitándonos hallar salidas esperanzadoras. No son tiempos para echar muchos cohetes cuando la pólvora alcanza dimensiones destructivas. Nos ha costado años llegar hasta donde estamos para ahora echarlo todo por la borda en pocas horas.