Obtener, gestionar y desarrollar todas las oportunidades que abre la declaración de Menorca como Patrimonio Gastronómico Protegido es el nuevo objetivo que se ha fijado Fra Roger.
Es el siguiente capítulo después de Menorca Región Europea de Gastronomía en 2022. La Isla atesora todos los mimbres -historia, tradición, experiencia, entorno natural, conocimiento y un buen producto- para convertirse en un destino donde la gastronomía sea uno de sus principales atractivos. ¿Y qué busca el visitante? Experiencias culinarias que desconoce, enriquecedoras, transmitidas durante generaciones, vinculadas al paisaje y el paisanaje: Menorca y los menorquines. Es el emoturismo, esta tendencia emergente.
Somos mucho más que sol y playa, piedras y viento como escribió Mario Verdaguer. Esta tierra es ejemplo de tradición e identidad gastronómicas en un territorio insular. Cultura culinaria, producto local y el patrimonio de los sentidos y las emociones configuran un arcano de sabores, aromas, imágenes, sonidos y texturas que solo hallará aquí, en Menorca.
Así lo explica y lo proclama la asociación Fra Roger en la Declaración de Villa Le Blanc, que acaba de presentar en este emblemático establecimiento de Meliá Hotels en Sant Tomàs, de la mano de su director, Roland Pérez; y la directora de la Fundació Foment del Turisme de Menorca, Begoña Mercadal.
Tranquil·litat i oliaigo, sentenciaban nuestros mayores en una afortunada expresión que transmite del sentido de la Menorca más auténtica y sencilla. Como señala Pep Pelfort, tranquil·litat i oliaigo es una frase menorquina que define el way of life de la Isla, nuestra peculiar manera de ser y estilo de vida. El keep calm and cook in Minorca, donde el oliaigo, que hoy reivindica Fra Roger, simboliza la cocina payesa menorquina con productos de temporada, predominio de las verduras frescas y el aceite de oliva.