Hay ideologías que se llevan en el corazón, otras en la cabeza y otras en la cuenta corriente, cada una tiene su lugar en cualquiera de ellas, ya que dependen mas de las personas que de las ideas.
Tuve la suerte de asistir a clase en libertad, donde se enseñaban todas las ideologías, desde las más extremas a las más centradas, y siendo joven como era y con ganas de cambiar el mundo, elegí la que en aquel momento de mi vida yo consideraba la mejor, nada mas lejos de la realidad con los años, fui cambiando y sin abandonar la visión que me había dado mi primera elección, fui apaciguando los ánimos y llegué a la convicción que todas tienen algo positivo y algo negativo o muy negativo.
Lo peor es no entenderse en nada, que no haya ni un solo punto de encuentro, porque yo sí creo que hay y debe de haber puntos de encuentro. Desgraciadamente en todas coexisten cuestiones mejor o peor desarrolladas, desde mi punto de vista, pero en todas el que manda, manda y los demás solo obedecen, aunque crean lo contrario.
Ahora tenemos más derechos y ha habido muchos avances sociales, pero no entenderse en nada, solo coincidir en las de la cuenta corriente, sinceramente es penoso. En todas partes cuecen habas y usarlas como bombas fétidas me parece deplorable. Si realmente queremos cambiar un país debemos mirar hacia adelante y no estar constantemente, literalmente, tirándonos los trastos a la cabeza.
Debería haber más debate de ideas para mejorar el país, y no siempre las peleas de niños de patio de colegio. En que queremos avanzar… que debemos cambiar… hacia donde ir… y todo ello con unas ideas muy claras, concisas e innovadoras, total lo que se ha robado, lo que se ha estafado o la gran cantidad de mentiras y más mentiras dichas o hechas, ya son irreparables, el daño hace tiempo que se hizo y dudo mucho que se vuelva atrás para repararlo, todo lo contrario, se continuará haciendo, porque habas las habrá siempre, sean de donde sean, el espectáculo es deprimente para cualquier ciudadano.
A mí ya no me satisface el «y tu más», estoy cansada, agotada, me da la sensación que estamos en un atolladero y que difícilmente se tiene intención de salir de él. Desearía ver un debate de futuras propuestas para mejorar el país y llegar a encuentros y menos trastos a la cabeza y también menos cuentas corrientes.