Algunos hechos cuestan mucho de entender incluso siendo explicados por sus autores, porque vamos a ver ¿cómo entender que las autonomías gobernadas por el PP se nieguen a recibir las quitas? ¿De dónde nace y en función de qué el asunto de las quitas? Según algunos, todo empieza cuando se propone perdonar la deuda que Cataluña tiene con el estado que sube parcialmente a 15.000 millones. Eso hizo que todo el mundo se echara encima, lo que torpemente trajo como consecuencia una quita al resto de autonomías pero que los presidentes autonómicos del PP rechazan, ¡vamos!, como si les sobraran los euros.
Fíjense en Andalucía con una quita de 19.000 millones y la rechazan. La que más quita tiene per cápita es la valenciana cuyo presidente sigue demostrando su capacidad de no dimitir. Aunque después de lo dicho por la periodista que comió con él en el Ventorro, la carta que ha publicado prácticamente un año después le deja «con el culo al aire». Habría que escuchar al señor Feijóo y al señor Tellado si el presidente valenciano fuera socialista. Miguel Tellado echaría mano de su lenguaje más putrefacto para regalar al personal una vez más su inagotable capacidad para escupir vaharadas de desprecio y rencor.
Volviendo a lo de las quitas, la que más tendría porcentualmente es la canaria con más de un 50 por ciento de su pasivo, la quita total supondría 83.000 millones de euros. No son por eso pocos los que piensan que toda esa millonada viene ahora promovida para obtener el sí de Junts ante los próximos presupuestos. Mientras tanto, para añadir más malestar contra el gobierno socialista, ya no basta con que el señor Zapatero vaya a Bruselas para verse con Puigdemont, un fugitivo de la justicia española desde 2017 (8 años). Recuerdo cuando dejó en Cataluña a sus más cercanos independentistas que fueron a parar a la cárcel mientras él era incapaz de afrontar ante la justicia los hechos por los que tuvo que huir. Por aquellos días también recuerdo lo que dijo un locutor de radio refiriéndose a este hombre que llevaba una «fregona» en la cabeza. La verdad es que el susodicho locutor de radio es muy aficionado a ponerle un mote a todo lo que se menea.
Me parece que el señor Sánchez no calculó bien lo de asegurarse los votos de Junts, un partido residual que por sí solo no puede aspirar a otra cosa que no sea no desaparecer pero hete aquí que aferrándose a la necesidad que tiene el PSOE de sus vosotros, han encontrado el oxígeno que no solo le permite figurar en la lista política si no además lanzar sus exigencias más descabelladas. En cualquier caso el procés le ha supuesto al PSOE tener que adoptar medidas muy en contra de lo que piensa el votante agregando indultos, la ley de amnistía, los repetidos viajes a Bruselas para ver a Puigdemont el cual sigue teniendo una orden de detención vigente en el territorio nacional. El Tribunal Supremo le negó la amnistía.
El coste político para el PSOE con el tema catalán es enorme, incurriendo en ridículas situaciones como por ejemplo la visita que acaba de realizar Salvador Illa donde le ha dado a Puigdemont tratamiento de presidente, ¡manda huevos!, ¿presidente de qué? Se ve a Puigdemont como si tuviera a un león cogido por el rabo total por media docena de votos (aunque fueran 7), el precio es descabellado. Todos esos «desbarres» del gobierno lo ve atónito el votante ante una situación económicamente precaria del dinero que hace falta para otras cosas: modernizar hospitales, asegurar la liquidez de las pensiones, ponerle coto al precio de la vivienda hoy imposible de conseguir para un trabajador, equiparar modernamente a los bomberos forestales y pagarles en condiciones, dotar de los recursos materiales y personales a los centros educativos además de un salario justo para los docentes públicos.