Solo puedes decir que tienes un plan si tienes tres o cuatro, todos con sus correspondientes planes B, y además un plan especial secreto, que es el bueno, para cuando todos los anteriores fracasen a las primeras de cambio. Si no, mejor callarse y verlas venir. O chorizar algún plan ajeno, que los hay a millares. Tener un plan no está al alcance de cualquiera. Y sin embargo, hasta los gusanos tienen un plan, razón por la que se desplazan de un lado a otro de esa forma tan absurda. Absurda, pero con enorme personalidad. Con un objetivo. Así pues, la anomalía sociológica no consiste en tener planes anómalos, sino en carecer de ellos. Mejor un plan irrisorio que ninguno.
Las grandes empresas tienen departamentos enteros con docenas de personas encargadas exclusivamente de urdir planes (de expansión, de producción, de optimización), y también los partidos políticos, que a tal efecto cuentan con cientos de asesores y técnicos dedicados a planear. Incluso a planear falsos planes, muy elaborados y exhaustivos, que si bien mueven a risa cuando el líder los expone, sirven para ocultar el verdadero plan. El plan secreto antes mencionado. Por ejemplo.
Mientras todos los partidos de derecha y ultraderecha, plagiando los planes del presidente de Estados Unidos, se afanan en atacar a los inmigrantes como remedio de todos los males, nuestro PP, y el señor Feijóo, presentó como gran acontecimiento un plan de migración de 21 puntos. ¡21 puntos! No se le escapa nada, lo contempla todo, el tío. Un «visado por puntos» para inmigrantes, donde puntúen más los más hispanos, la expulsión inmediata de delincuentes, y desde luego, sanciones al Gobierno por su efecto llamada. Y porque Sánchez acabará mal. En fin, un plan de dibujos animados, de dudosa legalidad pero divertido, porque a la gente le fascina oír tonterías, siempre que sean muy excéntricas, con mucha personalidad. Es la clave del humor, imposible hacer humor sin personajes chiflados. Como cuando Trump se reúne con Netanyahu jurando poner fin a las hostilidades en Gaza. ¡A las hostilidades! Humor negro de altura. El PP tiene un plan, y como humorísticos no son, para mí que es el célebre plan falso. Los mejores, decíamos.