Síguenos F Y T I T R
Hoy es noticiaEs noticia:
Asseguts a sa vorera

Intermitentes y Navidad

| Menorca |

¿Sabes qué tienen en común las luces de Navidad y los intermitentes de los coches? Que se encienden un par de veces al año. No lo digo yo, lo dice el 87 por ciento de los usuarios a los que no he encuestado, pero con los que me he cruzado por la carretera. Tenemos una patología endémica que nos hace creer que la persona que va en el coche de delante se va a meter en nuestro cerebro para adivinar, sin que nosotros se lo pongamos fácil, qué vamos a hacer con el coche o qué dirección vamos a seguir. Y al revés igual.

Hace unos días, esperando en una rotonda de esas que se hacen eternas en Menorca, me dio por empezar a contar cuántas personas ponían el intermitente para advertir a los demás de sus intenciones. Para ponérselo fácil, vamos. No en plan policía pensando en multar sino esperando que si alguien me decía que iba a salir, me daba tiempo a incorporarme y seguir con mi rumbo. Nada, olvídate.

Es un ejemplo de lo que nos pasa hoy en día. Estamos tan obcecados con el yo, mi, me, mi mundo que cuantas más oportunidades tenemos enfrente para ayudar al otro, menos caso le hacemos pendiente de nuestro ombligo. No te digo que nos desvivamos por el prójimo, claro, ni que renunciemos a nuestros quehaceres en favor del otro. Simplemente tener un poco de empatía y pensar que con pequeñas decisiones le estoy ayudando y puede que hasta lo anime a que él ayude a otros a tener un mejor día.

Es como la Navidad. Una época en la que todos nos volvemos una mezcla de entre idiotas y ñoños, convencidos de que es la época más maravillosa del mundo cuando en realidad, al acabar, el ‘buenrrollismo’ también termina. Se esfuma. Es verdad que durante un rato, nos convencemos de que entre todos podemos hacer que todo vaya mejor, pero al rato la humanidad nos la trae un poquito floja.

Si somos incapaces de hacer algo tan sencillo como poner un intermitente, dar las gracias o los buenos días al entrar en un sitio, cómo queremos que de la noche a la mañana cambiemos el mundo. Hay guerras que no son nuestras porque no las podemos disputar. Como para preocuparnos por otras que nos quedan a años luz…

El día que, insisto, todos pongamos el intermitente, o cumplamos mínimamente las normas de seguridad vial, luego podremos plantearnos conseguir otros objetivos. Pero si en algo en lo que nos puede ir la vida, no le ponemos ni ganas ni voluntad ni nada de nada… Lo mismo podemos esperar sentados a que el mundo vaya mejor por obra divina.

Sentados y cediendo el asiento si una persona mayor se acerca con ganas de sentarse también, claro.

dgelabertpetrus@gmail.com

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto