El príncipe Guillermo volvió el martes al trabajo, cuatro días después de casarse con su novia de siempre, Kate Middleton, en una ceremonia que fue seguida por cientos de millones de personas en todo el mundo.
El príncipe, de 28 años, regresó a la base de la Real Fuerza Aérea (RAF) en Anglesey, Gales, para retomar su puesto como piloto de búsqueda y rescate, tras unas breves vacaciones en un destino secreto.
La pareja ha retrasado el anuncio de su luna de miel en el extranjero, que se preveía que revelaran el sábado, un día después de su boda.
«Volverá al trabajo», dijo un portavoz del Ministerio de Defensa. «Es un día de trabajo normal», agregó.
Las estimaciones de los medios de comunicación sitúan la audiencia mundial de la boda entre varios cientos de millones y 2.400 millones, ayudada por un extenso seguimiento de los medios internacionales y la emisión en directo del evento en YouTube.
Cerca de un millón de personas salieron a las calles del centro de Londres para presenciar la pompa y boato de una de uno de los mayores enlaces reales desde que se casaron los padres de Guillermo, el príncipe Carlos y Diana, en 1981.
Los medios han especulado mucho sobre dónde pasarían su luna de miel Guillermo y Middleton, de 29 años, y Kenia y el Caribe han sonado como posibles destinos. Ahora son oficialmente los duques de Cambridge.