First Dates ha contado un programa más con la presencia de una comensal mallorquina. El pasado lunes Alba acudió al formato de Cuatro para buscar el amor y confesó a Elsa Anka, que desde hace unas semanas se ha convertido en una de las camareras del 'restaurante', que su pasión es la repostería. Tal es su amor por los dulces mallorquines que aseguró que no hay nada que le guste más que preparar ensaimadas. «He descubierto recientemente que me quiero dedicar a eso. Lo que siento cuando tengo unas ensaimadas en el horno, que me quedo mirándolas, no lo siento con nadie y nada más», indicó ante la sorpresa de Elsa.
Alba explicó que trabajaba como profesora de inglés en un instituto, pero que tras romper con su pareja y volver a vivir con su madre decidió centrarse en su sueño: la cocina. Aunque ahora se encuentra en un buen momento profesional, parece que no ha tenido tanta suerte en las relaciones. La mallorquina tuvo una cita con Marc, un catalán con el que no acabó de congeniar. La elección del postre fue uno de los principales problemas: el programador informático rechazó tomar un coulant porque no le gusta el chocolate. «¿Cómo que no te gusta? Yo lo adoro, no solo que me guste comérmelo, sino que hago postres con ese ingrediente y él debería de ser la persona que se los comiera. Ahí hay un problemilla...», le reprochó la repostera.
Tras el encuentro, Marc indicó que quería seguir conociendo a la joven: «Tendría una segunda cita con ella porque me ha parecido una chica muy simpática con mucho ímpetu y con muchas ganas de hacer cosas, y eso me ha gustado». Pero Alba no sintió que conectara con Marc para algo más que una amistad: «Me ha parecido un chico súper majo, súper simpático, he estado muy a gusto pero es verdad que no he sentido esa chispita y es verdad que yo busco a alguien más como yo, más echado para adelante, que me rompa los esquemas».