Los ingleses denominan scooting (que vendría a traducirse como patinaje o deslizamiento) a ese peculiar comportamiento de perros y gatos cuando arrastran su trasero por el suelo con las patas traseras estiradas. Seguro que quien conviva con ellos tiene el gesto más que identificado. Lo cierto es que no solo es propio de perros y gatos, sino que muchas especies lo hacen en momentos en los que sienten cierta picazón o irritación en la zona del trasero, con tal e aliviarse. De este modo, si percibimos que nuestra mascota lo hace de vez en cuando no hay porque alarmarnos, pero si se repite constantemente, es indicativo de que hay que acudir al veterinario, ya que puede deberse a un mal funcionamiento en las glándulas del ano, que tenga parásitos internos o incluso alergias o tumores.
Este problema es mucho más común en perros que en gatos, ya que las glándulas anales de los primeros se obstruyen con mayor facilidad, con lo que el líquido que deberían expulsar queda dentro, obstruyendo toda la zona y provocando ese dolor e hinchazón. En estos casos, el veterinario hará salir el contenido y liberará toda esta obstrucción. Si el comportamiento se da porque el animal tiene parásitos internos, estos pueden taponarse e incluso retorcerse en la salida del ano, algo que provoca a los gatos y perros mucho malestar, que tratan de aliviar mediante el scooting. Una vez desparasitados, se resolverá este síntoma.
Las alergias, por raro que parezca, también pueden tener mucho que ver en causar el problema, por lo que no es de extrañar que el veterinario proponga unas pruebas para descartar todo tipo de patología por el estilo. Si el animal sufre una alergia alimenticia, la membrana mucosa del ano se inflama a medida que el alimento en cuestión va acercándose al ano. Esto provoca una irritación perinal en la piel de alrededor del ano que trata de aliviar mediante el scooting. Si, por contra, se trata de algún tipo de alergia ambiental (como pueden ser los ácaros o el polen) el perro o gato sufrirá picor por todo el cuerpo, por lo que tratará de rascarse en varias zonas, entre ellas, en la zona anal. Por último, también es posible que el comportamiento se deba a un tumor perinal, cuyo diagnóstico y tratamiento es más específico. Exceptuando este último, el scooting suele ser síntoma de ciertas patologías de fácil diagnóstico y tratamiento, por lo que, de observar este comportamiento, no cabe preocuparse en exceso pero sí ha de ser un claro indicativo de que hay que agendar una visita con el veterinario.