El otoño y el descenso de temperaturas es algo que afecta al bienestar emocional de muchas personas. Durante esta época del año es habitual sentirse más cansado, apático, pesimista o triste. Este fenómeno se conoce como el trastorno afectivo estacional. A veces, los cambios de estado de ánimo comienzan y terminan cuando cambian las estaciones. Estas decaídas en el humor coinciden cuando los días se acortan en el otoño y el invierno, y se superan en la primavera, cuando aumentan las horas de luz solar.
En ocasiones, tan solo se trata de un periodo estacional de malestar emocional, pero en otros casos puede tratarse de un trastorno más severo, que afecta a la manera de pensar y actuar de la persona. Según el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos, los síntomas habituales de esta fase de depresión incluyen el sentimiento de tristeza, ansiedad o 'vacío'. También, se asocia cierto pesimismo y desesperanza, así como tener sentimientos de irritabilidad, frustración o desasosiego. Físicamente, es posible que se manifiesten dolores o molestias físicas, como dolor de cabeza o calambres.
Este trastorno puede tratarse con terapia. Una vez consultado con un profesional, existen otras técnicas que pueden ayudar a disminuir los síntomas, como la exposición a la luz solar y la vitamina D, presente en los pescados grasos, el queso y las yemas de huevo. A raíz de esto, otra manera de sentir una mejora personal es la sensación de calor, ya sea externamente en una sauna o a través de la alimentación, con tés, infusiones y sopas.
Las expertas en bienestar del espacio HEAT en Palma recomiendan el uso de la luz infrarrojos que imita los rayos de sol. La iluminación solar natural tiene un impacto significativo en el equilibrio mental, promueve la liberación de serotonina, también conocida como la «hormona de la felicidad», al tiempo que reduce los niveles de melatonina, la hormona responsable de nuestro sueño. Por lo tanto, la exposición a una lámpara térmica producirá un efecto similar en el cuerpo humano.
Realizar una actividad deportiva también puede ayudar a sobrellevar la tristeza otoñal. A pesar de que puede ser lo último que a una persona con depresión por el trastorno afectivo estacional le apetece, los beneficios son numerosos. Además, la sensación de cumplir con sus objetivos después de sudar las toxinas tiene grandes mejoras en las salud emocional de los individuos. Realizar ejercicio, como yoga o correr, que aumente la frecuencia cardíaca de manera segura está relacionado con avances generales en la salud física y la reducción de síntomas de salud mental.