La noche de San Juan puede convertirse en un auténtico calvario para nuestros perros. El estruendo de los petardos, las explosiones de fuegos artificiales y el bullicio general exponen a nuestras mascotas a situaciones de estrés extremo debido a su agudeza auditiva, muy superior a la humana. Expertos veterinarios advierten que esta fecha registra un aumento significativo de animales extraviados y casos de ansiedad severa, lo que hace imprescindible tomar medidas preventivas para garantizar su seguridad y bienestar. Esta celebración del solsticio de verano, que tiene lugar cada 23 de junio, genera un entorno especialmente hostil para los canes.
Según datos de la Asociación Nacional de Veterinarios Españoles, más del 70% de los perros manifiesta algún tipo de reacción negativa ante los estímulos sonoros intensos. La respuesta puede variar desde temblores leves hasta comportamientos de pánico que incluyen intentos desesperados por escapar, pudiendo provocar autolesiones o fugas que ponen en riesgo su integridad física. Proteger a nuestros compañeros de cuatro patas durante esta noche requiere una planificación previa y el conocimiento de técnicas específicas para minimizar el impacto que los festejos pueden tener sobre ellos.
La anticipación es fundamental para garantizar el bienestar de nuestro perro durante esta festividad. Lo ideal es comenzar los preparativos varias horas antes de que caiga la noche y empiecen las celebraciones más ruidosas. En primer lugar, resulta esencial realizar un paseo más largo de lo habitual a última hora de la tarde, cuando aún no han comenzado los fuegos artificiales. Durante este paseo, es imprescindible utilizar correa y arnés resistentes, ya que el miedo podría desencadenar un intento de huida.
José Martínez, veterinario especialista en comportamiento animal, señala: «Muchos propietarios subestiman la fuerza que puede desarrollar un perro asustado. Un arnés de seguridad es mucho más fiable que un simple collar, especialmente en situaciones de estrés extremo». Otra medida preventiva consiste en verificar que la documentación e identificación de nuestra mascota está actualizada. El microchip debe estar correctamente registrado y, como medida adicional, se recomienda que el animal porte una placa identificativa con un número de teléfono de contacto. En caso de extravío, estos elementos aumentarán considerablemente las posibilidades de recuperación.
Transformar una zona de la vivienda en un refugio seguro para nuestro perro constituye una de las estrategias más efectivas. Este espacio debe ubicarse preferentemente en habitaciones interiores, alejadas de ventanas y con el menor ruido exterior posible. Baños, pasillos o dormitorios centrales suelen ser opciones idóneas. Para acondicionar este refugio, debemos incluir elementos familiares para el animal: su cama habitual, mantas con su olor, juguetes preferidos y, por supuesto, agua fresca y algún premio comestible de larga duración que pueda mantenerlo distraído.
Algunos expertos recomiendan cubrir parcialmente este espacio para crear una sensación de cueva que muchos perros encuentran reconfortante. «El enmascaramiento acústico es una técnica muy efectiva», explica Ana Gómez, etóloga canina. «Utilizar música suave, televisión o incluso ruido blanco generado por ventiladores o aires acondicionados puede ayudar a filtrar los sonidos externos más perturbadores».
Técnicas de gestión del estrés
Existen diversos métodos para ayudar a nuestro perro a sobrellevar el estrés durante esta noche. Entre las opciones no farmacológicas, destacan los difusores de feromonas sintéticas como Adaptil, que reproducen las sustancias químicas que las madres caninas liberan para calmar a sus cachorros. Estos productos están disponibles en formato difusor, collar o spray, y pueden comenzar a utilizarse días antes para maximizar su eficacia. Los accesorios de presión, como chalecos o bandas específicamente diseñados, aplican una ligera presión constante en el cuerpo del animal, proporcionando un efecto calmante similar al de un abrazo.
Estudios recientes demuestran que estos dispositivos pueden reducir significativamente los síntomas de ansiedad en aproximadamente un 60% de los perros. Para casos de miedo más intenso, siempre bajo supervisión veterinaria, existen suplementos naturales a base de L-teanina, valeriana o melatonina que pueden tener un efecto moderadamente sedante sin los efectos secundarios de fármacos más potentes. En situaciones de pánico extremo, sólo un veterinario podrá prescribir medicación ansiolítica adecuada.