La limpieza de la tapicería de los coches es una tarea que a menudo se considera complicada y costosa. Sin embargo, una sencilla solución doméstica está transformando esta percepción entre los conductores españoles. El inesperado uso de un producto conocido por sus propiedades desengrasantes, el KH7, se ha convertido en un método práctico para conservar la tapicería del vehículo como nueva.
Limpiar la tapicería de casa sin complicaciones ni gastos elevados es posible siguiendo unas sencillas pautas. Este procedimiento consiste en aplicar el producto sobre la superficie, frotar ligeramente con una esponja para potenciar el efecto del limpiador y posteriormente usar un aspirador para extraer tanto el residuo como la suciedad disuelta bajo la tela.
Cómo llevar a cabo la limpieza paso a paso
Primero, se recomienda echar el producto ampliamente sobre toda la zona del asiento donde se deseen eliminar manchas o suciedad. Es fundamental frotar suavemente con una esponja —preferible a un trapo convencional— para facilitar que el producto penetre en las fibras textiles y comience a descomponer la suciedad incrustada.
El siguiente paso implica utilizar un aspirador, que debe funcionar levantando con cuidado la tela para que el aspirado real actúe en profundidad, extrayendo las partículas de suciedad no solo de la superficie, sino también del interior del cojín. Es imprescindible no presionar con fuerza hacia dentro, ya que esto podría empujar la suciedad más adentro del asiento, dificultando su eliminación.
Resultados y secado rápido
Tras una primera aplicación y aspirado, se recomienda proceder a una segunda pasada superficial con la aspiradora, únicamente para eliminar el exceso de producto aplicado. Finalmente, se debe pasar un trapo seco para retirar la humedad residual y acelerar el proceso de secado. La utilización de la calefacción del vehículo contribuye a que el asiento esté completamente seco en aproximadamente 10 minutos.
Este método promete un acabado sorprendentemente limpio y una renovación visible en la tapicería, recuperando su aspecto original sin dañar las telas. La eficacia de esta técnica casera va mucho más allá de lo esperado para un producto comercializado principalmente como desengrasante.
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