En el actual panorama del tráfico urbano, las intersecciones se posicionan como uno de los puntos críticos en cuanto a riesgo de accidentes se refiere. Para combatir esta problemática, se ha comenzado a desplegar una nueva señalización informativa que alerta sobre la presencia de radares en los semáforos. Estos dispositivos, conocidos popularmente como foto-rojo, se encargan de captar a aquellos conductores que cruzan cuando el semáforo está en rojo, una infracción que conlleva sanciones económicas y pérdida de puntos en el carnet.
El uso creciente de estos sistemas está acompañado por la incorporación progresiva de la señal S-991c en varios municipios españoles, principalmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Esta señal es clave para prevenir multas que ascienden a 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir, un castigo que se aplica a quienes desobedezcan la norma de detenerse ante el semáforo rojo.
La cautela aumentará en los conductores que circulen por estos tramos señalizados, a la vez que se contribuye a reducir la siniestralidad en zonas urbanas densamente transitadas.
Función y propósito de la nueva señal s-991c
El objetivo principal de la señal S-991c es advertir con anticipación a los conductores sobre la existencia de un radar específico para controlar el paso en semáforo en rojo. Al recibir esta información, el conductor puede modificar su conducta para evitar realizar una infracción que no solo pone en riesgo su seguridad, sino que además implica una sanción administrativa y administrativa grave.
Además de determinar un espacio visual claro y reconocible, esta señal busca ser un elemento disuasorio eficaz, fomentando comportamientos más prudentes en zonas con alta concentración de peatones y vehículos.
Cómo operan los radares foto-rojo y protocolo de sanción
Los sistemas conocidos como radares foto-rojo son dispositivos automatizados que se activan justo en el momento en el que el semáforo cambia a rojo y un vehículo sobrepasa la línea de detención. En ese instante, se disparan dos cámaras: la primera capta la imagen del vehículo antes de rebasar la línea de stop para verificar matrícula y modelo, y la segunda inmortaliza el momento en que el vehículo atraviesa el paso de peatones o la intersección.
Las imágenes recopiladas son posteriormente revisadas por un agente de la autoridad competente, quien valida la existencia de la infracción antes de emitir la correspondiente multa. Este proceso riguroso garantiza la transparencia y corrección en la aplicación de las sanciones.