En pleno 2025, la inteligencia artificial continúa moldeando la vida diaria , transformando la manera en que se trabaja, se aprende y se interactúa. Entre las herramientas más populares destaca ChatGPT, que millones utilizan para generar textos, solucionar preguntas o estimular ideas. Sin embargo, el experto en inteligencia artificial Jon Hernández advierte de un error muy extendido: emplear esta IA como si fuera un buscador tradicional tipo Google, algo que, asegura, puede inducir a equívocos importantes.
Durante su intervención en el pódcast Roca Project, Hernández explicó que, aunque ChatGPT es una tecnología potente, no está diseñada para funcionar como fuente principal de información contrastada o resultados de búsqueda. Según él, muchas personas caen en la trampa de pedir respuestas rápidas o datos concretos, pero este sistema puede generar errores —conocidos como alucinaciones— donde la IA fabrica contenidos que no son verídicos ni contrastables.
La advertencia del especialista subraya que la inteligencia artificial debería aprovecharse desde otra perspectiva más colaborativa, no como un simple repositorio de conocimientos o un sustituto de los buscadores convencionales. La clave está en establecer una interacción dinámica entre el usuario y la tecnología, que haga posible extender la creatividad y facilitar la productividad.
Claves del uso adecuado de la inteligencia artificial
Según Hernández, el verdadero valor de herramientas como ChatGPT radica en la cooperación constante con el usuario. En lugar de limitarse a pedirle datos o respuestas precisas, la IA debe ser vista como un compañero activo en el proceso creativo y profesional. Esta mentalidad implica un cambio profundo respecto a la manera tradicional de trabajar con software.
El experto recalca que la dinámica más efectiva es generar flujos de trabajo integrados con la inteligencia artificial, donde ambas partes interactúen en tiempo real para mejorar los resultados. «El punto está en pasar de pensar que tienes un mono atado en la mesa, al que le tiras las tareas que no quieres hacer o al que le pides que te busque algo porque crees que es lo que sabe hacer, a pasar a tener un coworker que está contigo mano a mano y que te ayuda en todos los procesos» explicó Hernández.
En este sentido, Hernández propone dejar atrás la imagen del «becario que recibe órdenes» y empezar a concebir a la IA como un «cofundador» o un compañero proactivo que está junto a ti en cada tarea, ayudando a optimizar la productividad y la calidad del trabajo. Esta visión impulsa una integración más natural y útil de la inteligencia artificial en los ámbitos creativos y laborales.
Riesgos de confundir la inteligencia artificial con motores de búsqueda
En España, como en muchos países, el auge de ChatGPT llevó a un uso masivo con expectativas desproporcionadas sobre sus capacidades. Hernández insiste en que no es un reemplazo de Google ni de fuentes oficiales, y que su función no es proporcionar información verificada o actualizada al detalle. La confianza ciega en sus respuestas puede llevar a errores graves, especialmente en contextos profesionales, educativos o informativos.
Esta problemática no es exclusiva de España, pero aquí ha ganado relevancia al existir una pequeña brecha entre el conocimiento tecnológico general y la aplicación correcta de la IA. No pocas veces, usuarios sin formación profunda en IA confían en resultados que pueden contener imprecisiones.
Por ello, especialistas como Hernández insisten en la necesidad de formación y concienciación sobre el potencial y límites de estas herramientas. También recomiendan complementar su uso con otras fuentes tradicionales y verificadas para evitar la propagación de datos erróneos.
En resumen: si sabes lo que estás haciendo, y te has dotado de los medios adecuados, funciona. Si eres un mindundi, pues éso, te ocurrirán cosas propias de un mindundi.