Los ciudadanos mayores de 70 años en España deberán renovar sus DNI a pesar de tener documentos de carácter permanente, según establece la nueva normativa europea que busca homogeneizar los sistemas de identificación en todos los países miembros. Esta medida forma parte del plan de estandarización de documentos de identidad impulsado por las instituciones europeas mediante el reglamento 2019/1157, que pretende reforzar la seguridad y modernizar todos los carnets de identidad.
El Real Decreto 255/2025, publicado en el BOE el 2 de abril de 2025, concreta la aplicación de esta normativa en territorio español y establece que los DNI permanentes o sin fecha de caducidad, hasta ahora válidos indefinidamente para personas mayores de 70 años o con gran invalidez, deberán adaptarse a los nuevos estándares. Entre las características técnicas que deberán incorporar estos nuevos documentos destacan la zona de lectura mecánica (MRZ) y un chip electrónico que contendrá datos biométricos actualizados del titular, incrementando así la seguridad y dificultando las falsificaciones.
Aunque el concepto de «DNI permanente» desaparecerá definitivamente, los nuevos documentos tendrán una validez superior a 10 años. Las autoridades han fijado el 3 de agosto de 2031 como fecha límite para completar esta transición, momento a partir del cual ningún documento que no cumpla con las especificaciones europeas será considerado válido, independientemente de que anteriormente tuviera carácter permanente. Los documentos renovados deberán cumplir con estándares de seguridad establecidos por la Unión Europea.
Entre las principales innovaciones destaca la incorporación de un chip con tecnología de radiofrecuencia que almacenará información biométrica del titular, incluyendo huellas dactilares y fotografía digital de alta resolución. Estos elementos permitirán una verificación más precisa de la identidad y dificultarán notablemente la falsificación del documento. Además, los nuevos carnets contarán con elementos de seguridad visibles e invisibles, como hologramas, tintas de seguridad que cambian de color según el ángulo de visión, microimpresiones y otros elementos que sólo pueden ser detectados mediante dispositivos específicos.
La zona de lectura mecánica (MRZ) facilitará el procesamiento automático del documento en controles fronterizos y otros puntos de verificación, agilizando los trámites para los ciudadanos. El material utilizado para la fabricación de estos documentos también supondrá un avance, ya que estará compuesto por policarbonato de alta calidad, un material más resistente y duradero que el utilizado hasta ahora. Esto permitirá que el documento mantenga sus características durante más tiempo, incluso con un uso frecuente.
Aunque la fecha límite establecida es el 3 de agosto de 2031, las autoridades recomiendan no esperar hasta el último momento para realizar la renovación. Esta medida forma parte de un esfuerzo conjunto de los países miembros de la Unión Europea para homogeneizar los documentos de identidad, estableciendo unos estándares mínimos de seguridad y características técnicas comunes. El reglamento europeo 2019/1157 persigue un doble objetivo: por un lado, mejorar la seguridad de los documentos de identidad para combatir el fraude y la falsificación; por otro, facilitar la libre circulación de ciudadanos europeos dentro del espacio comunitario.
La armonización de los documentos de identidad permitirá una verificación más rápida y fiable en fronteras y otros puntos de control, lo que redundará en una mayor agilidad en los desplazamientos internacionales. Asimismo, los nuevos estándares facilitarán la interoperabilidad entre los sistemas de identificación de los diferentes países, mejorando la colaboración en materia de seguridad y control migratorio. Expertos en seguridad documental han destacado que esta actualización era necesaria ante los avances en las técnicas de falsificación.
Los documentos permanentes, algunos con décadas de antigüedad, presentaban vulnerabilidades que podían ser aprovechadas por organizaciones criminales dedicadas a la falsificación de documentos y la suplantación de identidad. En España, se estima que aproximadamente unos 5 millones de personas mayores de 70 años poseen actualmente un DNI permanente. Para este colectivo, el cambio supone tener que acudir a renovar un documento que, hasta ahora, consideraban válido para toda la vida. Las asociaciones de personas mayores han expresado preocupación por las posibles dificultades que este trámite puede suponer, especialmente para aquellos con problemas de movilidad o que residen en zonas rurales con acceso limitado a oficinas de expedición.
Nilo GarciaLos británicos no tienen ni nunca han tenido DNI. Se oponen siempre a su implantación, lo condideran un elemento de control inadmisible.