Cuando la nieve cubre las carreteras, las condiciones para conducir cambian radicalmente, incrementando los riesgos de accidentes y siniestros viales. Por eso, según explica la Guardia Civil, es esencial adoptar medidas de seguridad que te permitan desplazarte con precaución y mantener el control del vehículo en un entorno hostil como el de las bajas temperaturas y el asfalto resbaladizo.
Antes de emprender cualquier viaje en invierno, es fundamental verificar el buen estado de los neumáticos, luces y del líquido anticongelante, elementos clave para garantizar la tracción, la visibilidad y el correcto funcionamiento del motor. Muchos conductores desconocen que preparar el vehículo con antelación puede marcar la diferencia entre una conducción segura y un incidente inesperado.
Además, cuando se prevé circular en caminos con presencia habitual de hielo o nieve, es recomendable equipar el coche con cadenas o neumáticos de invierno homologados. En España, la legislación y las autoridades de tráfico suelen emitir avisos cuando la meteorología alerta sobre nevadas intensas, y ante estos llamados, la mejor práctica es evitar desplazamientos innecesarios y respetar las recomendaciones oficiales al pie de la letra.
Condiciones y precauciones antes de conducir en nieve
Una planificación cuidadosa es vital. Consultar el estado de las carreteras y la previsión meteorológica es el primer paso obligado para cualquier viaje invernal. Los servicios de tráfico actualizan constantemente la información para prevenir situaciones de peligro, como cierres de vías o presencia de maquinaria quitanieves. De esta forma, podrás decidir si postergar tu viaje o preparar el vehículo adecuadamente.
La velocidad debe ajustarse siempre a las circunstancias. Circular demasiado rápido sobre superficies heladas o cubiertas por nieve aumenta el riesgo de pérdida de control. En este sentido, evitar maniobras bruscas, como volantazos o frenazos repentinos, es fundamental para mantener la estabilidad en la calzada. Del mismo modo, es necesario extremar el cuidado en lugares con hielo escondido, especialmente en puentes, zonas sombreadas y durante las primeras horas de la mañana, cuando la temperatura es más baja.
Qué hacer si quedas atrapado en una nevada
En ocasiones, la nieve y el hielo pueden causar que queden vehículos atascados o atrapados, exponiendo a sus ocupantes a condiciones adversas. En tales situaciones, lo más seguro es permanecer dentro del automóvil para protegerse del frío y evitar riesgos derivados de salir a pie en entornos peligrosos. Para maximizar la seguridad, se recomienda encender la calefacción de forma intermitente para conservar combustible y garantizar un ambiente confortable sin agotar el depósito.
Asimismo, es esencial mantener liberado el tubo de escape para evitar la acumulación de monóxido de carbono dentro del vehículo, un peligro silencioso pero potencialmente mortal. De este modo, se reduce el riesgo de intoxicación mientras se espera ayuda o mejora el clima.
Interacción con equipos de mantenimiento en carretera
Durante episodios de nieve, en las vías suele desplegarse personal y maquinaria quitanieves, vitales para restaurar la circulación normal. Para favorecer su trabajo y acelerar la limpieza del asfalto, es imprescindible no adelantar a estos vehículos y respetar la distancia de seguridad en todo momento. Estas medidas no solo protegen a quienes operan la maquinaria, sino que también contribuyen a que el tráfico fluya de forma más segura y ordenada.
El respeto y la colaboración con los equipos de mantenimiento se traducen en una mayor seguridad para todos los usuarios y una reducción significativa en la duración de las incidencias, facilitando la normalización rápida de la circulación vial.