¿Més per Menorca lleva tiempo ansiando tener voz propia en Madrid. ¿Confía en que la coalición con Sumar lo haga ahora posible?
—Sí. El trabajo que ha hecho Vicenç Vidal en el Senado es un buen ejemplo de cómo se pueden llevar a Madrid las reivindicaciones de los ciudadanos.
¿Qué les diría a quienes no acudieron a votar el 28M y ahora se quejan?
—Que tienen en sus manos decidir si quieren políticas para vivir mejor o retroceder en derechos y bienestar. Unos pocos votos pueden decantar la balanza. Como decía Joan Fuster, toda política que dejamos de hacer la harán otros, y a la vista está.
¿Y qué les piensa decir, si tiene opción, a Sánchez, Feijóo y Abascal?
—Les invitaría a visitar Menorca, pero que sean ellos mismos quienes busquen los vuelos y se den cuenta de las frecuencias y precios. Entonces, que escuchen las necesidades de los menorquines y entiendan la importancia de hacer compatibles la actividad humana y la preservación del entorno. Necesitamos el compromiso económico del Estado para ayudar a Menorca en su camino hacia la sostenibilidad.
Aquí no hay trenes ni autopistas, ni están cubiertas todas las especialidades. ¿Aún somos ciudadanos de segunda?
—…O de tercera. Menorca padece la doble insularidad y la falta de financiación. El coste de vivir aquí es más elevado, el acceso a la vivienda complicado y todo ello dificulta que haya los profesionales necesarios. Pero, además, sufrimos una financiación injusta.
¿Quién debe pagar la mejora de los servicios públicos?
—Deben gestionarse de forma eficaz y responsable, y la recaudación y el reparto deben ser justos. Pero existe un gran desequilibrio entre lo que aporta Balears y lo que se nos devuelve. Tampoco no se tributa de forma progresiva para que quienes más tengan sean los que más paguen. Y eso perpetúa las desigualdades.