El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha participado en la clausura del Foro La Toja-Vínculo Atlántico este sábado, un día después de confirmarse su investidura fallida en el Congreso de los Diputados, y ha lanzado varias advertencias sobre los acuerdos del PSOE con ERC y Junts para que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pueda revalidar su cargo. Feijóo, que se ha dicho «orgulloso» de no llegar a la Moncloa «por ahora», ha señalado cómo el referéndum por el que apuestan las formaciones independentistas como condición para investir a Sánchez es solo «un cebo» -porque «no está encima de la mesa», ha asegurado- para concluir que se ha aceptado «algo más sensato», que sería una amnistía para los líderes del 'procés'.
Así lo ha señalado durante una ponencia en la jornada de clausura del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, celebrado en la Illa da Toxa, en O Grove (Pontevedra), a la que han asistido como público los expresidentes de España y Chile, Mariano Rajoy y Sebastián Piñera; los titulares de los gobiernos de Galicia, Castilla-La Mancha y Canarias, Alfonso Rueda, Emiliano García-Page y Fernando Clavijo; y el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, entre otros. El presidente del PP, 24 horas después de que el Congreso no aceptase investirlo como presidente -por 172 votos a favor, 177 en contra y un nulo de Junts-, ha reaparecido este sábado «orgulloso» de no haber cedido a «ningún chantaje» de los independentistas.
«Me he divertido y me he quedado satisfecho», ha recalcado, porque ha cumplido lo que consideraba «un deber» como «ganador de las elecciones» y como candidato señalado por el rey. Por ello, ha reivindicado «la dignidad» de haberse quedado «a tres síes» de ser presidente del Gobierno. ESPAÑA
Tras rechazar la política «de bloques y los bloqueos», Feijóo ha negado que fuese un fracaso su investidura porque ahora España «sabe que tiene un gobierno alternativo». «Porque la democracia no consiste en poder elegir el Gobierno, sino también en poder cambiar el Gobierno», ha añadido. Ha subrayado que el debate fue «un acto esclarecedor» por «el mutismo» del presidente en funciones. Aunque no ha mencionado la polémica intervención del diputado Óscar Puente, Feijóo ha contrastado entre las «cabezas que embisten» y las que «piensan».
Así, ha insistido en la idea de que este sábado podría estar hablando como presidente si hubiese accedido a lo que considera un «chantaje». Sin embargo, «aceptar las condiciones que exceden el marco del Estado de Derecho no lo puede hacer ningún candidato a la Presidencia del Gobierno». Aquellos mandatarios que lo hacen, ha recalcado, estarán «en libertad condicional». «Ni siquiera la Presidencia del Gobierno justifica los medios. Estoy muy orgulloso de no ser presidente, por ahora», ha remachado.
Alberto Núñez Feijóo no había faltado a ninguna de las cuatro ediciones anteriores del Foro La Toja, las primeras como titular de la Xunta de Galicia, y este año no ha sido una excepción. Ha tenido palabras en recuerdo del exministro Josep Piqué, presidente del evento, fallecido el pasado mes de abril: «Fue promotor del diálogo de la España constitucional, de la España de las autonomías». Justo después de la mesa redonda en la que participaron los presidentes de Galicia, Castilla-La Mancha y Canarias, el líder de la oposición ha defendido la «igualdad» y la política que «olvida el insulto».
A dos días de que el monarca vuelva a tener la ronda de consultas con los grupos políticos y, previsiblemente, designe como candidato a Pedro Sánchez, Feijóo ha puesto el foco en la eventual aprobación de una amnistía que dejaría «deslegitimadas» a las instituciones que aprobaron la aplicación del artículo 155 en Cataluña y que supondría «mantener el vigor» de la declaración de independencia pronunciada en 2017 por Carles Puigdemont. Feijóo también ha hecho una lectura sobre el clima político «tan tirante» en España. No ha culpado a los independentistas, que ahora tienen un «peso escaso» con un 5,5 por ciento del voto total en las generales del 23J, sino que ha apuntado directamente a Sánchez y a la actual dirección del PSOE.
«El factor fundamental que altera la estabilidad democrática es el cambio que se produce en la dirección del Partido Socialista. No podemos echarle la culpa al independentismo de lo que siempre ha defendido. No ha cambiado su actuación, lo que ha cambiado es la respuesta del Partido Socialista a sus exigencias», ha reflexionado el líder de la oposición.
Y es que el Partido Socialista, pese a que ha «perdido las elecciones», ahora «asume las tesis» de los partidos independentistas para seguir gobernando: «No es convivencia, es conveniencia. Y no es una oportunidad, es oportunismo». «Me parece legítimo una persona que pide que se condonen sus irresponsabilidades. Lo que no es legítimo es que alguien condone las irresponsabilidades (...) para lucrarse desde el punto de vista personal, que es tener la Presidencia del Gobierno», ha agregado.
Tras lamentar el liderazgo «hiperpersonalista» que, a su modo de ver, tiene ahora el PSOE, se ha servido de la intervención del socialista Emiliano García-Page en la mesa de presidentes para deslizar que Sánchez debería «dar cuentas» sobre si va a haber amnistía tanto al Comité Ejecutivo del partido como al grupo parlamentario, «no vaya a ser que voten en contra».
Feijóo ha calificado a Sánchez del «socialista único que dirige la agrupación socialista actual» y que «no está en sintonía con sus electores» porque les han «hurtado a sus votantes» la posibilidad de decidir sobre una amnistía.
También ha lamentado que en el centro del debate político estén asuntos que «no están en la agenda» de los españoles cuando se debería estar hablando «de la Presidencia del Consejo de la UE», de «la crisis migratoria» y de las «cosas del comer».
En esta línea, Feijóo ha alertado frente a la situación económica del país: las previsiones de crecimiento económico son «muy pobres» -del 2,2 por ciento este año-; la inflación ha subido «más de un 16 por ciento» desde que está el actual Gobierno; y España es el estado europeo con más paro. Por eso, lamenta que se hable la amnistía para «no hablar de los 47 millones de ciudadanos que tienen problemas todos los días que se levantan».
«Y ninguno de estos problemas se va a solucionar con la amnistía», ha zanjado. Asimismo, el líder del PP ha reclamado la «igualdad» entre autonomías y una reforma del Senado para que sea una verdadera cámara de representación territorial. Se trata de hacer «que el Reino funcione no desde la plurinacionalidad sino, recogiendo la palabra de un socialista cabal (García-Page), desde la pluriemocionalidad».