Una joven que había muerto por un supuesto para cardíaco fue enterrada viva en Honduras y, aunque fue rescatada de la tumba, murió realmente poco después por un episodio de pánico severo, según los médicos que la atendieron.
La 'primera' muerte de Neysi Pérez, de 16 años y embarazada de 2 meses, fue certificada por los médicos en el hospital, donde llegó después de sufrir un supuesto paro cardíaco tras escuchar disparos cerca de su casa en la ciudad hondureña de Copán.
Fue el marido quien al día siguiente, cuando fue a visitar la tumba, oyó los gritos de socorro de su esposa. Con la ayuda de diversos trabajadores del cementerio, consiguieron rescatar a la mujer, que en su intento por escapar había roto la cubierta de cristal del féretro.
Neysi presentaba diversos golpes y magulladuras por sus intentos de escapar del ataud, además de encontrarse en estado de pánico.
A pesar de los esfuerzos de los servicios médicos, la joven no pudo superar el trauma y murió poco después.