Corea del Norte realizó este sábado el lanzamiento de tres misiles de corto alcance, con los que rompió un mes de tregua armamentística y dejó atrás la contención mostrada en los últimos días tras la escalada de tensión con EEUU.
Los lanzamientos comenzaron a las 06.49 hora local (21.49 GMT del viernes) y se produjeron desde las cercanías de Gitdaeryong, cerca de la ciudad costera de Wonsan, en la provincia de Gangwon (este), donde se ubica la base militar norcoreana que alberga misiles Scud y Nodong, según los análisis de los ejércitos estadounidense y surcoreano.
Algunos proyectiles volaron más de 250 kilómetros en dirección nordeste antes de caer en aguas del mar de Japón (mar del Este, para las dos Coreas), según el Estado Mayor Conjunto de Seúl (JCS), que dijo que los aliados están trabajando para confirmar los detalles.
Aunque en un primer momento el Comando del Pacífico (PACOM) de Estados Unidos dijo que los tres proyectiles habían fallado y estallado en su lanzamiento, en un comunicado posterior rectificó y aseguró que el primer y tercer aparato realizaron la trayectoria descrita por Seúl.
En cuando al segundo proyectil, el PACOM no revisó su análisis inicial, en el que indicó que habría «explotado casi inmediatamente» después de su lanzamiento.
EEUU reafirmó en su último informe que los proyectiles fueron tres misiles balísticos de corto alcance, mientras que Seúl discrepa y cree que se trató de proyectiles de artillería «disparados desde un lanzador de cohetes múltiples de 300 milímetros».
«Los militares están analizando la naturaleza exacta y material» de los proyectiles, afirmó el Gobierno surcoreano en un comunicado.
Tanto Washington como Tokio afirmaron que los lanzamientos no supusieron ninguna amenaza para su seguridad.
Aún así, la Casa Blanca dijo que el presidente Donald Trump fue informado y están supervisando la situación.
Los lanzamientos de este sábado coincidieron con la celebración de las maniobras conjuntas «Ulchi Freedom Guardian» que Washington y Seúl están desarrollando en territorio surcoreano desde el lunes y que Pyongyang ve como un simulacro de invasión de su país.
Llegan además un día después de que el Norte celebrara el 57 aniversario de su doctrina «Songun», que prioriza al sector militar y bajo el que el país dio el impulso definitivo a sus programas de misiles y armas nucleares durante el gobierno de Kim Il-sung, abuelo del actual líder, Kim Jong-un.
Coincidiendo con la efeméride, el régimen de Pyongyang organizó una competición de artillería de las fuerzas especiales del Ejército Popular supervisada por Kim y en la que se usaron distintos activos militares, desde aviones y lanzaderas de misiles hasta cañones autopropulsados, según informó este sábado la agencia norcoreana KCNA.
Los lanzamientos de este sábado se produjeron casi un mes después de que el régimen norcoreano probase en un inusual ensayo nocturno el 28 de julio su segundo misil balístico intercontinental (ICBM).
Este ensayo siguió a la primera prueba exitosa de un ICBM el 4 de julio por parte de Pyongyang, y valió al hermético país asiático un paquete de nuevas sanciones de la ONU que podrían reducir hasta en 1.000 millones de dólares (840 millones de euros) al año los ingresos que el país asiático obtiene con sus exportaciones.
Corea del Norte amenazó en respuesta con atacar territorio estadounidense, a lo que el presidente Donald Trump respondió con inusual beligerancia prometiendo «fuego y furia» e insinuando la posibilidad de realizar ataques preventivos contra Corea del Norte.
El cruce de amenazadas dio pie a la mayor escalada dialéctica entre ambos países de los últimos años, y Pyongyang acabó incluso desvelando un plan para bombardear el entorno de la isla de Guam en el Pacífico, que aloja importantes bases estadounidenses.
Los ánimos se templaron después de que el régimen norcoreano optara por observar «un poco más» los movimientos de Washington antes de atacar, e incluso el Gobierno de EEUU había mostrado cierto optimismo al respecto.
El martes el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, celebraba la «contención» mostrada por el régimen norcoreano desde la adopción unánime de las sanciones a principios de mes y confiaba en que este fuera el inicio de un cambio en la actitud de Pyongyang que llevara eventualmente a un diálogo bilateral.