El presidente «encargado» de Venezuela, Juan Guaidó, ha llegado este lunes al Aeropuerto Internacional de Maiquetía de Caracas superando los controles de seguridad sin ser detenido como se temía. Recibido por una multitud de simpatizantes al grito de «¡Guaidó, Guaidó!», el líder opositor ha respondido a sus seguidores con una amplia sonrisa.
El joven político ha vuelto a poner en jaque al régimen chavista y ha protagonizado un nuevo pulso contra el Gobierno de Nicolás Maduro que anunció que llevaría al líder opositor ante la Justicia por violar una orden que le prohibía salir del país.
«¡Ya en nuestra tierra amada! ¡Venezuela, acabamos de pasar migración y nos movilizaremos a dónde está nuestro pueblo!», ha publicado Guaidó a través de su cuenta en Twitter. A lo largo del día, Guaidó ha ido mandando mensajes a sus seguidores y al mundo entero, pendientes de saber qué sucedía con su anunciada detención por haber incumplido una orden de salida. «En pocas horas estaré de nuevo con los hombres y mujeres que más admiro, los que han resistido por años esta tiranía que ha usado todos los medios para doblegarnos y no lo ha conseguido», afirmó Guaidó previamente a su llegada en un mensaje de audio difundido por Internet. «Nada me llena más de entusiasmo, de mayor brío, que volver a la patria para continuar esta lucha hombro a hombro, todos juntos», ha destacado, al tiempo que ha subrayado que «estamos más fuertes que nunca».
Guaidó, reconocido como presidente por más de medio centenar de países, ha convocadouna nueva jornada de protestas en varios puntos del país. El líder opositor salió de Ecuador este domingo por la tarde y ha anunciado su presencia en la concentración de Caracas. La expectación internacional es máxima porque el régimen chavista puede desencadenar un nuevo terremoto dentro y fuera de sus fronteras si decide encarcelar al líder opositor. No obstante, si finalmente no da ese paso, sería lo mismo que reconocerle a Guaidó una clara victoria frente a un Maduro que ha asegurado a lo largo de la pasada semana que su oponente sería apresado en cuanto cruzara la frontera de regreso a Venezuela tras una gira por varios países de Latinoamérica donde ha sido recibido con honores de jefe de Estado. El reto al Gobierno de Maduro es enorme. De hecho, el propio Guaidó ha reconocido que si el régimen bolivariano se atreve a detenerle «será uno de los últimos errores que cometan».
Guaidó ha convocado a la oposición a movilizarse a las 11.00 horas de este lunes (16.00 hora peninsular española), la hora a la que había previsto regresar al país. Sin embargo, sobre él pesaba una orden que ha incumplido, por lo que se teme una posible detención. «A mi llegada, sea cual se el camino que tome el dictador, vamos a continuar, hay una ruta establecida: cese de usurpación, gobierno de transición y elecciones libres», ha dicho este lunes a través de Twitter. Guaidó envió el viernes un mensaje con instrucciones específicas en el caso de que ocurra «algo» cuando regrese a Venezuela. «Si el régimen intenta secuestrarme, tenemos muy claro los pasos a seguir. Mantenernos movilizados». Después de visitar Colombia, Brasil, Argentina, Paraguay y Ecuador, el presidente «encargado» mantiene el empeño en dar relevancia internacional a la crisis venezolana y en «restituir la democracia y los derechos» en el país caribeño. «He viajado por el continente, buscando los más altos niveles de apoyo para la restitución de la democracia en nuestro país y esa misión ha sido cumplida. Tenemos el apoyo», ha remachado. Las autoridades judiciales no han comentado el caso de Guaidó a quien el Tribunal Supremo --que controla el Gobierno de Maduro-- le prohibió a finales de enero la salida del país y le congeló sus cuentas bancarias y activos por solicitud de la Fiscalía General que le abrió un proceso judicial por las protestas de enero y por proclamarse presidente «encargado».
Al respecto, el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello indicó la semana pasada en su programa nocturno de la televisora estatal que ya había un «comité de recepción» para recibir a Guaidó cuando arribara al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Camino a Venezuela, el dirigente opositor ha vuelto a cargar contra Maduro. «El usurpador que usurpa (el palacio presidencial de) Miraflores va a pretender como nunca reprimirnos y desunirnos, pero en su desesperación habrá cometido su último error. Nos ha hecho más fuertes, más unidos y estamos mucho más dispuestos a acabar con la opresión», ha aseverado. «Siempre levantamos la bandera, siempre seguimos adelante. Lo vamos a lograr. Esa fortaleza la siento estando ya muy cerquita de ustedes. ¿Estamos o no listos para la democracia? ¿Estamos o no listos para luchar por el país? ¿Estamos o no listos para hacer historia?», se ha preguntado. «La respuesta para mí es muy clara. Es el momento. Vamos bien, porque hermanos, vamos todos», ha concluido. El opositor ha mantenido oculta la ruta de entrada al país y el hermetismo ha sido total hasta su llegada al aeropuerto. Estados Unidos y la Unión Europea han advertido a Maduro que cualquier medida que ponga en riesgo la libertad del dirigente opositor podría desatar una «respuesta firme» y una «escalada de tensiones».
En este sentido, el ministro de Exteriores de Paraguay, Luis Castiglioni, ha defendido este lunes la necesidad de dejar de lado cualquier iniciativa de diálogo con Nicolás Maduro y ha recalcado que «sólo la presión y el aislamiento internacional pueden asfixiar al régimen del usurpador y hacer que caiga». Durante un acto celebrado en la sede de Casa América en Madrid, Castiglioni ha indicado que «se ha llegado a un punto tal en Venezuela en el que debe haber un compromiso global para ayudar a una salida, si es posible pacífica, a esa situación». «Si hay un responsable del fracaso de todos los procesos de diálogo ha sido Maduro», ha manifestado, antes de indicar que el presidente venezolano «tiene una soberbia que desborda su personalidad y que trastorna su visión inclusive de la realidad».
En este sentido, Castiglioni ha denunciado que Venezuela sufre «una tragedia humanitaria» y ha puntualizado que 3,5 millones de personas han salido del país «para sobrevivir». «No es migración, es un éxodo», ha enfatizado. Asimismo, ha incidido en que el Grupo de Lima «no concuerda con iniciativas como la propugnada por algunos países de la UE de dialogar con Maduro a través de un grupo de contacto o las iniciativas de Uruguay y México». Castiglioni ha recordado que el presidente del país, Mario Abdo Benítez, se ha reunido recientemente en Paraguay con Guaidó, al que le ha trasladado «todo el apoyo» de Asunción. El ministro ha señalado además que el líder opositor cuenta con el apoyo «abrumadoramente mayoritario» de la población y ha argumentado que la población se está manifestando de forma «multitudinaria» contra el régimen chavista.